La crisis climática está acelerando el calentamiento global y debilitando la capacidad de bosques, suelos y océanos para absorber CO₂, lo que agrava sus efectos.
Un estudio internacional reveló que hace entre 290 y 310 millones de años, las emisiones naturales de dióxido de carbono causaron una disminución significativa del oxígeno en los océanos, afectando la biodiversidad marina.
Un estudio internacional, liderado por la Universidad de Bristol y publicado en Nature, revela que aproximadamente el 60 % del CO₂ emitido por los ríos proviene de fuentes antiguas.
El año pasado, Baleària redujo su huella de carbono en el transporte de mercancías un 4,9 %, evitando la emisión de 15.000 toneladas de dióxido de carbono.
La ESA y la Comisión Europea han incorporado un tercer satélite a la misión Copernicus para mejorar el monitoreo de las emisiones de CO2 y metano de origen humano.
Un equipo de investigadores propone sustituir materiales de construcción tradicionales como el concreto y el plástico por versiones modificadas que capturan dióxido de carbono (CO2).