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El mercado del automóvil está en una encrucijada y retroalimenta las expectativas de los ciudadanos. Solo un 10 % cree que en un futuro cercano adquirirá un nuevo vehículo y, en el caso de hacerlo, la opción de un coche eléctrico es marginal: los consumidores se decantan por los modelos híbridos, seguidos a corta distancia por los motores de gasolina o diésel.
Así lo refleja la encuesta Termómetro 5D de 40dB. para CincoDías y EL PAÍS, elaborada sobre la base de 6.000 entrevistas llevadas a cabo entre enero y marzo de este año. Los hombres, los más jóvenes y aquellos que tienen mayor poder adquisitivo son algo más propensos a embarcarse en esta inversión, que en los últimos años se ha encarecido a un ritmo vertiginoso.
¿Por qué los españoles aún dudan del coche eléctrico?
Aunque el coche eléctrico se presenta como una de las claves para una movilidad más sostenible, en España su adopción va más lenta de lo esperado. Las cifras lo confirman: la venta de vehículos eléctricos sigue siendo baja en comparación con otros países europeos. A pesar del impulso institucional y las campañas por reducir las emisiones, los españoles mantienen reticencias frente a esta tecnología.
Entre las principales razones se encuentran el precio elevado de los modelos de coche eléctrico, la falta de una red de recarga suficiente, y la autonomía limitada de muchos vehículos, especialmente para quienes viven en zonas rurales o realizan trayectos largos de forma habitual.
Factores que frenan la confianza en el vehículo eléctrico
Uno de los mayores obstáculos es el alto coste inicial. Aunque existen ayudas como el Plan MOVES, muchos compradores consideran que el desembolso inicial no compensa frente a un coche de combustión tradicional.
Además, la infraestructura de recarga en España aún está poco desarrollada. La falta de puntos públicos y la lentitud para instalar cargadores domésticos genera incertidumbre y miedo a "quedarse tirado". A esto se suma la falta de información clara y accesible, que hace que muchos ciudadanos no conozcan bien los beneficios reales de un coche eléctrico a largo plazo.
También hay un componente cultural: en España, el coche se asocia a libertad, potencia y autonomía. La transición hacia un vehículo más “limitado” en estos aspectos todavía no encaja con las expectativas de gran parte del público.
¿Qué se necesita para cambiar esta percepción?
Para que el coche eléctrico gane la confianza de los españoles, hace falta una estrategia conjunta. Más inversión en infraestructura, mayor transparencia en los beneficios reales y una bajada del precio gracias a incentivos fiscales son pasos clave.
La educación también juega un papel importante. Comprender que un coche eléctrico es más económico a largo plazo, menos contaminante y más silencioso puede marcar la diferencia. Además, el aumento de modelos asequibles y con mayor autonomía será esencial para convencer a quienes aún dudan.
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