Cómo aliviar las piernas cansadas en verano

Con la llegada del calor, muchas personas sufren una molesta sensación de pesadez, hinchazón y fatiga en las piernas. Este problema, conocido como síndrome de piernas cansadas, afecta especialmente durante el verano debido a las altas temperaturas y otros factores típicos de esta estación. A continuación, te explicamos por qué ocurre, cuáles son sus síntomas más comunes y qué puedes hacer para prevenirlo o aliviarlo.

Causas y síntomas de las piernas cansadas en verano

Con la llegada del verano, muchas personas experimentan una sensación de pesadez, hinchazón y fatiga en las piernas. Las altas temperaturas provocan la dilatación de las venas, lo que dificulta el retorno venoso y favorece la acumulación de sangre en las extremidades inferiores. Algunos factores como la exposición prolongada al sol pueden agravar estos síntomas. Según datos de noVadiet, seis de cada diez mujeres españolas y cuatro de cada diez hombres se ven afectados por este problema con la llegada del calor.

El síndrome de piernas cansadas se manifiesta a través de distintos síntomas que pueden variar en intensidad y frecuencia. Sonia Clavería, Médica de Familia del Departamento Técnico de noVadiet, detalla los más comunes:

• Pesadez y cansancio: empeoran al final del día o tras estar mucho tiempo de pie o sentado.
• Dolor: desde una incomodidad leve hasta un dolor intenso en las piernas.
• Calambres: frecuentes por la noche, especialmente en los gemelos.
• Hormigueo y entumecimiento: sensación de cosquilleo o adormecimiento que empeora con el paso del día.
• Quemazón y picor: ardor o picazón difíciles de aliviar.
• Hinchazón: acumulación de líquidos, especialmente en tobillos y pies, con dolor y dificultad para moverse.
• Arañas vasculares y/o varices: venas dilatadas visibles bajo la piel, junto con posible hiperpigmentación en los tobillos.

Consejos para aliviar estos síntomas

Los expertos de noVadiet proponen varios consejos para aliviar los síntomas de piernas cansadas mediante cambios en el estilo de vida y el uso de productos específicos:

• Evitar estar mucho tiempo de pie: alternar actividad y descanso; usar medias de compresión decreciente.
• Elevar las piernas: hacerlo durante 10-15 minutos varias veces al día.
• Evitar fuentes de calor directo: no exponer las piernas al sol ni usar agua muy caliente; preferir duchas con agua fría.
• Mantener un peso saludable: la obesidad dificulta la circulación.
• Vestir ropa cómoda y holgada: evitar prendas ajustadas que compriman las piernas.
• Usar calzado adecuado: evitar tacones altos y calcetines compresivos.
• Dormir con las piernas elevadas: colocar una almohada bajo los pies mejora la circulación nocturna.

Además, se pueden utilizar productos específicos para las piernas cansadas como geles tópicos o complementos alimenticios. Un ejemplo es Circular de noVadiet, que contiene:

• Vitamina C: para la formación de colágeno y el buen funcionamiento de los vasos sanguíneos.
• Vitaminas B2, B6, B12 y ácido pantoténico: ayudan a reducir la fatiga.
• Extractos vegetales: castaño de Indias, rusco, mirtilo, ginkgo biloba, meliloto, uvas rojas, piña, papaya, entre otros, beneficiosos para la circulación.

Ejercicios para estimular la circulación

El ejercicio regular estimula la circulación y es clave para combatir las molestias de las piernas cansadas. Los expertos de noVadiet recomiendan:

• Rotación de tobillos: con las piernas elevadas, hacer círculos con los tobillos en ambos sentidos.
• Flexión y extensión de pies: mover los pies hacia adelante y atrás para activar el retorno venoso.
• Estiramientos suaves: de gemelos, muslos y pies para reducir la tensión muscular.
• Punta-talón de pie: alternar el apoyo entre puntas y talones para activar la circulación.
• Postura con piernas en alto: apoyar las piernas en una pared durante varios minutos para reducir la hinchazón.
• Caminar a diario: al menos 30 minutos al día a paso ligero para mejorar la salud venosa.

Las piernas cansadas son una molestia común durante el verano, pero con medidas adecuadas pueden aliviarse significativamente. Incorporar hábitos saludables y cuidar la circulación ayuda a reducir los síntomas y mejorar el bienestar diario.