
Lectura fácil
La salud mundial atraviesa una de sus fases más críticas en la historia reciente. Así lo expresó el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, al advertir sobre el profundo impacto que están teniendo los recortes abruptos de financiamiento en la capacidad global para responder a las crisis sanitarias.
Una alerta desde Ginebra por la salud mundial
“Estamos viviendo la mayor perturbación en la financiación de la salud mundial que recordamos”, declaró Tedros ante los medios en la sede de la OMS en Ginebra. Lejos de ser una exageración, sus palabras reflejan una realidad preocupante: los avances médicos logrados en las últimas décadas están en riesgo, especialmente en la lucha contra enfermedades tropicales desatendidas y otras amenazas sanitarias persistentes.
Enfermedades tropicales: Un retroceso peligroso
Las enfermedades tropicales desatendidas, que afectan a más de mil millones de personas en el mundo, están resurgiendo en varias regiones, especialmente en aquellas donde el acceso a servicios básicos ya era limitado. Los recortes financieros están minando los esfuerzos que durante años buscaron erradicar estos padecimientos, y las consecuencias ya se hacen sentir en la salud mundial.
Tedros subrayó que los sectores más vulnerables de la población —los más pobres y marginados— son quienes están sufriendo el impacto más severo. La falta de recursos pone en riesgo no solo tratamientos, sino campañas de prevención y vacunación vitales.
Angola: El Cólera regresa con fuerza
Uno de los ejemplos más alarmantes de la salud mundial proviene del sur de África. Desde comienzos de año, Angola enfrenta el peor brote de cólera de los últimos 20 años. Hasta la fecha, se han registrado más de 17.000 casos y más de 550 muertes.
El origen de esta crisis está vinculado directamente con la falta de acceso a agua potable, condiciones adecuadas de higiene y saneamiento. Aunque la OMS y sus aliados han iniciado una campaña masiva de vacunación, el foco inmediato está en contener la mortalidad. Sin embargo, los desafíos son enormes frente al debilitamiento del apoyo financiero.
A esto se suma la creciente inseguridad en varias regiones del mundo, que ha provocado el cierre de instalaciones médicas y ha limitado drásticamente el acceso a la atención sanitaria. En Haití, por ejemplo, el Hospital Universitario de Mirebalais —uno de los más grandes del país— tuvo que cerrar el 22 de abril por motivos de violencia. En la capital, Puerto Príncipe, más del 40% de los centros de salud han cesado sus actividades.
Gaza: Una tragedia anunciada
La situación en Gaza representa una de las manifestaciones más extremas de esta crisis de salud mundial. La escasez de medicamentos esenciales y suministros médicos se combina con una violencia que no cesa, saturando un sistema de salud que ya estaba colapsado.
“Personas están muriendo por enfermedades prevenibles mientras los medicamentos esperan en la frontera”, denunció Tedros. El bloqueo de los suministros médicos y el aumento de heridos debido a la violencia generan una carga imposible de manejar para los pocos centros sanitarios aún operativos.
Frente a este panorama desolador, Tedros reiteró el llamado de la ONU a un alto el fuego en los conflictos que agravan la crisis humanitaria. “La paz es la mejor medicina”, afirmó, subrayando que sin estabilidad, ningún sistema de salud puede funcionar de manera efectiva.
Un llamado urgente a la comunidad internacional
El mensaje del Director General de la OMS es claro: la salud mundial necesita apoyo inmediato. Los retrocesos actuales podrían costar millones de vidas si no se toman medidas urgentes para restaurar el financiamiento y garantizar el acceso equitativo a la atención médica.
El mundo se enfrenta a una disyuntiva crítica. El tiempo para actuar es ahora.
Añadir nuevo comentario