Dejar de fumar: esto es lo que ocurre en nuestro organismo

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09/03/2020 - 09:42
Una mano con un cigarrillo encendido

Lectura fácil

Una de las adicciones más extendidas por toda la sociedad es el tabaquismo. Muchas son las personas que han intentado dejar de fumar, pero al cabo de un tiempo han vuelto otra vez al mismo punto.

Es por ello que es necesario recalcar los beneficios y los cambios positivos que experimenta el cuerpo tras el abandono del tabaco y es una buena manera de motivar y favorecer el dejar de fumar.

Aunque, como todo, es un proceso que cuesta bastante y que lleva atravesar momentos bastante duros, como la ansiedad, el insomnio, el estrés, entre otros.

Conoce los efectos positivos de dejar de fumar

Una vez que alguien ha decidido dejar de fumar, llegan los efectos, estos afectan tanto a nivel psicológico como físico. Son evidentes durante los primeros días, pero van disminuyendo a lo largo de las semanas. Aunque queda lo que se conoce como dependencia al “hábito de fumar”.

Es lo que se conoce como la necesidad de tener un cigarrillo en determinadas situaciones cotidianas que, a menudo, son más difíciles de superar. Según los especialistas, aprovechar un catarro largo u otra enfermedad como la gripe, para dejar de fumar puede servir de ayuda.

Es cierto que la nicotina, una de las sustancias del tabaco, provoca dependencia, pero ésta no suele durar más de una semana. Aunque es cierto que los síntomas de abstinencia pueden ser molestos e importantes no suponen ningún riesgo para la salud.

Estos efectos incluyen ansiedad, irritabilidad, aumento de apetito, dificultad para dormir, desánimo, entre otros. Debemos ser conscientes de que son transitorios. Debemos centrarnos en enfocar nuestro objetivo en los beneficios que experimentamos tanto a corto como a largo plazo.

A nivel físico se experimentan estos efectos

  • Disminuye la presión arterial y del ritmo cardíaco a los pocos minutos de dejar de fumar.
  • Los niveles de monóxido de carbono en la sangre y un aumento del nivel de oxígeno al pasar pocas horas y seguir sin fumar.
  • Los sentidos del gusto y del olfato se normalizan progresivamente al pasar dos o tres días.
  • Desaparición del mal aliento, y del olor a tabaco en ropa y cabello.
  • Pérdida del color amarillo en dedos y uñas.
  • Se nota el ahorro económico.

Cuando una persona ha decidido dejar de fumar, de manera progresiva se notan los efecto positivos en nuestra salud. De manera positiva y a largo plazo, cada mes y cada año que pasa podemos mejorar tanto a nivel físico cómo psicológico.

  • Disminuye el riesgo de los diferentes tipos de cáncer asociados (como el de pulmón, vías respiratorias, cérvix, vejiga y páncreas).
  • Reduce notablemente el riesgo de padecer enfermedades de la vía respiratoria como asma, bronquitis y otras enfermedades crónicas (enfisema y bronquitis crónica). Además el entorno familiar del fumador también se beneficiará de ello (en casas donde se fuma hay un incremento de niños con asma).
  • Disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular.
  • El riesgo de alergias y enfermedades del área ORL también se ve reducido.
  • La piel es la gran beneficiada dado que el tabaco favorece el envejecimiento cutáneo y una peor cicatrización de las heridas.
  • Menor riesgo de enfermedad periodontal, caries y mejoría de las manchas dentales.

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