Las rutas marítimas internacionales podrían verse afectadas por la pérdida de hielo marino del Ártico, lo que dejaría a Rusia débil en el control de los trayectos comerciales.
El futuro no es positivo para la situación hídrica mundial. El cambio climático, la contaminación y los demás factores antropogénicos que están acabando con el planeta, solo dan lugar a la desolación.