Un grupo de científicos norteamericanos y británicos, tienen un plan para congelar los Polos, utilizando dióxido de carbono. La propuesta no ha pasado desapercibida por su controversia.
Las rutas marítimas internacionales podrían verse afectadas por la pérdida de hielo marino del Ártico, lo que dejaría a Rusia débil en el control de los trayectos comerciales.