Hacienda obliga a las personas y a las entidades bancarias a declarar los movimientos de dinero en efectivo en algunas ocasiones. La finalidad es conseguir mayor transparencia y evitar el blanqueo de capitales.
El grado de exigencia en la restauración aumenta por día y que un establecimiento disponga de todo lo necesario para cumplir las expectativas de sus clientes puede convertirse en una tarea complicada.