Egipto recibe la primavera como lo hacían los faraones

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09/04/2018 - 20:00

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Al Qanáter (Egipto), 9 abr (EFE).- Los egipcios celebran hoy Sham el Nesim, la fiesta faraónica de la primavera que ha pervivido hasta la actualidad con sus principales elementos: el pescado, los huevos, la cebolleta y lechuga, que simbolizan el resurgir de la vida después del invierno y el comienzo de la nueva estación.

Las familias se levantan temprano para preparar su pícnic, compuesto principalmente por esos alimentos que ya se consumían hace miles de años en esta fecha señalada, y cuyo plato estrella en la actualidad es el "fesij": pescado fermentado y salado, que se acompaña con las hojas verdes y salsa de sésamo para suavizar su intenso sabor.

Son muchos los que salen de El Cairo y se dirigen a bordo un ferry a la provincia de Qaliubiya, 20 kilómetros al norte de la capital, para pasar el día en los jardines de Al Qanáter, situados junto a las compuertas construidas sobre el Nilo en la primera mitad del siglo XIX.

La celebración comienza a bordo del barco, donde los más jóvenes bailan al ritmo de canciones populares que suenan a todo volumen durante el trayecto de una hora y media hasta alcanzar el destino predilecto para los cairotas y los residentes de las provincias vecinas en este día de fiesta nacional.

Un joven de 25 años y de nombre Mahmud Gamal asegura a Efe que viene a estos jardines desde hace mucho tiempo con su familia y que esta es una excursión tradicional: "Incluso nuestros abuelos, nuestros padres venían a Al Qanáter", recuerda.

"Nos juntamos con los amigos, con los parientes, estamos juntos en el parque, nos reímos y bromeamos, pasamos un día bonito en ocasión de Sham el Nesim, comemos cosas ligeras como el arenque y hacemos una comida agradable juntos, no es más que eso", explica.

También se come arenque ahumado, que muchos prefieren porque tiene un sabor más suave, como en el caso de Samah, una joven mujer que admite que no le gusta el "fesij", mientras que su hermana "es adicta" a ese pescado del Nilo curado que cada año provoca algunos casos de intoxicación alimentaria.

Samah cuenta que lo preparan en casa y lo limpian bien con vinagre y limón, y luego lo aliñan con aceite y más limón, todo ello para apagar su fuerte sabor, por lo que también se acompaña con pan.

Ella y su familia traen todos los ingredientes desde casa, mientras que en los jardines se puede adquirir las típicas lechugas recién recolectadas y vendidas por mujeres a los excursionistas, junto a los también tradicionales altramuces.

Además de la comida, los niños y no tan niños se entretienen jugando a la pelota y montando en bicicleta o en pequeñas motos que se alquilan en los alrededores de los jardines, donde también hay calesas tiradas por caballos y motocarros para pasear.

De esta forma dan la bienvenida los egipcios a la primavera, aunque pocos conocen que esta tradición milenaria data de la época de los faraones, tal y como admite Gamal.

La profesora de Egiptología de la Universidad Americana en El Cairo (AUC), Fayza Haikal, detalla a Efe que no hay certezas sobre el significado de la celebración en la antigüedad y desde cuando se celebra, pero sí se sabe que hace miles de años los antiguos egipcios celebraban la vuelta de la primavera y de la vida, incluida la resurrección de los seres humanos.

"Los huevos también simbolizan la nueva vida y las cebollas ya eran empleadas por los antiguos egipcios, que conocían algunas de sus características antisépticas", añade Haikal.

En cuanto al pescado, en el Antiguo Egipto era muy común salarlo o secarlo para conservarlo y, según la experta, es probable que la forma de mantenerlo y la costumbre de comerlo en esta fecha llegue desde aquellos tiempos.

En el pasado, la fiesta estaba ligada a la cosecha y a los dioses encargados de los cultivos y de la fertilidad en general, pero actualmente no tiene un carácter religioso, aunque se celebra el día después de la Pascua cristiana ortodoxa, comunidad que en Egipto representa en torno al 10 % de la población.

Su supervivencia a lo largo de los milenios se explica por "la fuerte identidad cultural" de los egipcios y la continuidad de esta cultura en la tierra de las pirámides, concluye Haikal.

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Por Samar Ezzat y Francesca Cicardi

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