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Tokio, 30 jul (EFE).- El Banco de Japón inició hoy su reunión mensual entre especulaciones sobre posibles ajustes en su prolongado programa de flexibilización monetaria, que estarían destinados a paliar los efectos negativos de esta estrategia de estímulo.
En la reunión, que concluirá el martes, se espera que los nueve miembros de la junta de política monetaria de la entidad discutan la continuidad de la agresiva batería de medidas de flexibilización monetaria que se aplica desde hace más de cinco años.
El objetivo de este programa es alcanzar una inflación anual del dos por ciento, pero la evolución de la economía nipona y la coyuntura global han impedido hasta ahora alcanzar esa meta y han obligado a la entidad a mantener su heterodoxa estrategia e incluso a activar otras medidas adicionales.
Mientras que otras entidades como el Banco Central Europeo o la Reserva Federal estadounidense han ido progresivamente retirando sus medidas de estímulo, el BoJ ha mantenido su rumbo fijo, lo que ha generado inquietud sobre los posibles efectos negativos a medio y largo plazo de su estrategia flexibilizadora.
Esta incluye un cuantioso programa de compra de bonos estatales y de fondos de inversión cotizados, la aplicación de una tasa negativa del -0,1 por ciento para los depósitos de los bancos y un control de la curva de rendimientos para mantener en torno al 0 por ciento los tipos a largo plazo.
Los analistas nipones llevan tiempo advirtiendo sobre las distorsiones en los precios de los mercados financieros que estas medidas generan, así como del perjuicio que suponen los bajos tipos de interés para el sector bancario.
El interés que paga el bono nipón a 10 años, referente de los tipos de interés a largo plazo en el país asiático, se ha disparado en los últimos días ante las informaciones publicadas por los medios nipones sobre posibles cambios en la estrategia del banco central nipón.
El rendimiento del bono estatal alcanzó hoy el 0,11 por ciento, su máximo en año y medio y el tope fijado por el BoJ, lo que obligó a la entidad a intervenir comprando activos a tasa fija, una medida de carácter excepcional destinada a mantener el rendimiento de este activo cerca del 0 por ciento.
La mayoría de los analistas, no obstante, ven poco probable que el BoJ emprenda un giro brusco en su estrategia y sí consideran más factible que se apliquen medidas de ajuste, como diversificar su programa de compra de activos en mercados secundarios de valores.
En particular, el BoJ podría reducir sus inversiones vinculadas a compañías que cotizan en el índice Nikkei 225, que reúne a las mayores empresas niponas, y frenar así la escalada sostenida de precios que han experimentado las acciones de algunos de los gigantes bursátiles nipones durante los últimos años.
Las expectativas ante estas posibles medidas causaron que imperara hoy la cautela en el parqué tokiota, donde el índice referencial Nikkei cerró con un descenso del 0,74 por ciento.
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