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La estrategia de vacunación contra el COVID-19 en España ha dado un giro significativo. Este año, Sanidad ha decidido poner fin a la administración simultánea de las vacunas de la gripe y el coronavirus, una medida que ha sido habitual en temporadas anteriores. La decisión se enmarca en la adaptación a la nueva realidad epidemiológica y ha sido detallada por expertos en salud pública.
Noelia Rodríguez, directora de los Grados de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea de Valencia en el campus de Alicante, explica los fundamentos de este cambio. Según la experta, la modificación en la estrategia para la temporada 2025-2026 se basa en dos pilares fundamentales.
Factores epidemiológicos: La escasa circulación del COVID-19
Uno de los principales motivos es la marcada reducción en la circulación del virus SARS-CoV-2. “Factores epidemiológicos” han llevado a esta decisión, tal como aclara Rodríguez. Los datos de las últimas temporadas corroboran una disminución drástica en la incidencia de la enfermedad, lo que ha minimizado la necesidad de campañas masivas e intensivas.
Durante la temporada 2024-2025, la incidencia del COVID-19 en atención primaria (AP) se mantuvo en valores bajos, entre 7,2 y 51,5 casos por 100.000 habitantes, y la hospitalización osciló entre 0,2 y 1,4 por 100.000 habitantes. Estas cifras son notablemente inferiores a los picos observados en la temporada anterior.
La comparación entre la temporada 2023-2024, con 1,59 millones de casos y 4.320 fallecimientos estimados en España, y la temporada 2024-2025 (hasta la semana 20), con aproximadamente 278.600 casos y 550 fallecimientos, ilustra la caída en el impacto del virus. “La incidencia fue baja, con pequeños picos estacionales, pero sin impacto comparable al de los años 2020-2022”, afirma Rodríguez.
COVID-19: gestión similar a la gripe y priorización de recursos
El segundo motivo del cambio responde a la necesidad de gestionar la vigilancia del coronavirus de forma diferenciada y, además, a la priorización de recursos. Con una “protección mantenida en la mayoría de la población” gracias a la inmunidad híbrida (por vacunación y/o infección previa), la probabilidad de cuadros graves en adultos jóvenes y sanos es muy baja.
El objetivo de la campaña se centra ahora en la “priorización de recursos”, buscando “reducir hospitalizaciones y muertes” y “no tanto evitar la infección leve”. Esta nueva óptica implica que la gestión del COVID-19 se asemeja cada vez más a la de la gripe: vacunación estacional y centrada en grupos vulnerables, en lugar de campañas masivas.
La estrategia busca proteger a quienes más riesgo tienen de complicaciones. Por ello, la Ponencia de Vacunas y la Comisión de Salud Pública han actualizado el enfoque, centrando la vacunación en quienes realmente se benefician más.
¿Quiénes son el colectivo diana en la vacunación contra el COVID-19?
A pesar de la menor circulación del virus, la vacunación sigue siendo crucial para ciertos grupos. La campaña de otoño se dirige específicamente a la “población diana” o de riesgo, un enfoque que la experta define así:
- Mayores de 70 años, que presentan el mayor riesgo de hospitalización y mortalidad.
- Personas con enfermedades crónicas graves o inmunosupresión.
- Embarazadas, para protección de la madre y el bebé.
- Población institucionalizada y personal sanitario.
Es importante señalar que, si bien la recomendación general es vacunar por separado, el Ministerio de Sanidad contempla la posibilidad de la coadministración de las vacunas en personas consideradas de riesgo para ambas patologías respiratorias. De hecho, las campañas de gripe y covid serán coincidentes en otoño para estos grupos. La evidencia científica, según Sanidad, no muestra diferencias significativas en la respuesta inmune o en las reacciones adversas por la administración conjunta o separada.
Novedades en la vacuna del COVID-19
Las vacunas que se utilizarán en esta temporada 2025-2026 han sido adaptadas para ofrecer una mejor protección frente a las variantes que se espera que circulen. Sanidad explica que las nuevas vacunas incluyen antígenos frente a la variante ómicron LP.8.1 del virus SARS-CoV-2.
La campaña de vacunación comienza entre finales de septiembre y octubre en todas las comunidades autónomas. En términos generales, se administra una sola dosis y se recomienda un intervalo mínimo de tres meses entre dosis o tras una infección por coronavirus para la inoculación.
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