• NOTICIAS

Europa acelera su defensa común frente a la amenaza de Rusia

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
02/10/2025 - 09:59
Presión sobre qué hacer con Rusia

Lectura fácil

La Unión Europea atraviesa un momento decisivo en materia de seguridad. Las incursiones de drones procedentes de Rusia en territorio comunitario han encendido todas las alarmas y obligan al bloque a moverse con rapidez. La amenaza de Moscú no se percibe únicamente en el frente ucraniano, sino también como un riesgo directo contra la integridad de la UE. Con este telón de fondo, los líderes de los Veintisiete se reunieron en Copenhague en una cumbre informal marcada por los llamamientos de los países del Este a reforzar la defensa común y a compartir responsabilidades.

El Este pide apoyo y solidaridad con la amenaza de Rusia

Las naciones bálticas y los países más próximos a la frontera con Rusia han sido los más firmes en reclamar una respuesta unificada. Para ellos, la amenaza no es un escenario hipotético, sino una realidad tangible. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, fue contundente al advertir de que Europa vive “la situación más peligrosa desde la Segunda Guerra Mundial”. Según señaló, la guerra híbrida que libra Moscú –con drones, sabotajes y otras tácticas– no puede afrontarse de manera aislada por cada Estado miembro, sino como un proyecto común.

Frederiksen defendió que todos los socios, incluyendo los más reacios como España o Italia, deben asumir compromisos en materia de defensa y rearme. A su juicio, la clave no está solo en invertir más, sino en hacerlo de manera coordinada y en sectores estratégicos como la innovación tecnológica vinculada a los drones.

El flanco oriental como escudo europeo

El primer ministro finlandés, Petteri Orpo, respaldó este enfoque al recordar que “el este de Europa protege a toda la Unión”. En la misma línea, la primera ministra letona, Eva Silina, insistió en la necesidad de desplegar cuanto antes un “muro antimisiles” que cubra la región, mientras que el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, pidió que las conversaciones no se queden en declaraciones y se traduzcan en acciones concretas.

La idea central que transmiten estos países es clara: la seguridad de los Estados miembros más expuestos no es un asunto local, sino un tema de interés vital para toda la UE.

El presidente francés, Emmanuel Macron, también adoptó un tono firme frente a Rusia. Reclamó dejar claro que cualquier violación del espacio aéreo europeo debe tener consecuencias inmediatas y abogó por mantener la “coherencia” en la respuesta frente a Moscú. Macron recordó que “Rusia es un actor muy agresivo” y que la disuasión es esencial para preservar la seguridad continental.

El húngaro Viktor Orbán, pese a sus habituales matices en otros frentes, coincidió en la necesidad de una reacción contundente ante los incidentes aéreos.

Las reservas del sur de Europa

En contraste, algunos países del sur se mostraron más prudentes. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reiteró su apoyo a los socios europeos frente al “neoimperialismo de Putin” y recordó que España ya contribuye con tropas y material en cuatro países del Este, además de participar en operaciones de la OTAN como Eastern Sentry. No obstante, insistió en la importancia de una visión “360º” que también tenga en cuenta los riesgos en el norte y en el sur.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, advirtió de que no se debe perder de vista el flanco sur de la Alianza Atlántica. Según explicó, centrarse solo en el este sería un error que podría comprometer la capacidad de respuesta global de la OTAN y de la propia Unión Europea.

Desde Bruselas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recordó que Rusia está “testeando” a la Unión e intentando generar división. La Alta Representante, Kaja Kallas, subrayó que la experiencia ucraniana demuestra que un “muro contra drones” es posible si existe voluntad política y financiación suficiente.

Ambas dirigentes coincidieron en que la amenaza no puede afrontarse de manera parcial y requiere unidad en la respuesta.

Activos rusos: un debate todavía incipiente

Otro punto de discusión fue el uso de los activos rusos congelados para financiar la reconstrucción de Ucrania. La suma asciende a 140.000 millones de euros, pero el consenso aún está lejos. Kaja Kallas reconoció que la propuesta está en una fase “muy embrionaria” y que algunos Estados mantienen reservas jurídicas y políticas.

Von der Leyen defendió que cualquier paso en esta dirección debe apoyarse en una “base legal sólida”. Moscú, por su parte, reaccionó con dureza: el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, advirtió de que la medida sería vista como un robo y tendría consecuencias legales.

Mientras tanto, la Comisión Europea desembolsó un nuevo tramo de 4.000 millones de euros dentro del préstamo de 48.533 millones acordado por el G7. Con esta entrega, la ayuda europea a Kiev en lo que va de año alcanza ya los 14.000 millones.

El debate sobre la financiación y sobre los activos rusos se retomará en la cumbre de finales de octubre, pero de momento, la prioridad inmediata es reforzar la seguridad de los cielos europeos y evitar que las incursiones de drones se conviertan en la nueva normalidad.

Una Europa en alerta máxima

La cumbre de Copenhague ha mostrado con claridad dos realidades: la urgencia que sienten los países del Este y del Norte, y las reservas estratégicas del Sur. Sin embargo, todos los líderes coinciden en que la amenaza de Rusia exige una respuesta común. La defensa europea ya no es solo un debate sobre gasto militar, sino sobre supervivencia, unidad y capacidad para adaptarse a un entorno geopolítico cada vez más hostil.

Añadir nuevo comentario