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Alhucemas (Marruecos), 31 may (EFE).- La economía del Rif, en el norte de Marruecos, no logra salir del subdesarrollo por la falta de infraestructuras, la inadecuación entre la oferta y la demanda de empleos y las diferencias entre los distintos órganos de decisión, nacionales y regionales.
Las protestas que sacudieron la región en la primera mitad de 2017 -y que dieron paso al encarcelamiento de cientos de personas- dejaron en la región y su capital, Alhucemas, profundas huellas aún visibles en la parálisis económica, pese a los esfuerzos del Estado por invertir a toda prisa y acabar así con un atraso histórico.
Alhucemas (400.000 habitantes entre la capital y su provincia) cuenta con un aeropuerto y un pequeño puerto de pasajeros sin capacidad comercial, pero no está conectada con la red ferroviaria nacional, ni la amplia red de autopistas de Marruecos ha llegado todavía hasta aquí.
Después las revueltas de 2017, los sectores con mayor potencial en la región como la pesca marítima, el comercio y el turismo (la industria es casi inexistente) han sufrido una evidente ralentización, mientras que las inversiones se hacen esperar.
El alcalde de Alhucemas, Mohamed Budra, lamenta en declaraciones a Efe que la actividad turística pasa por una situación de estancamiento: primero, el turismo interno, que ha desertado de la región como hacen los turistas de todo foco de inestabilidad.
Pero -recuerda Budra- también se ha notado en 2017 una disminución de las visitas de la numerosa comunidad rifeña procedente de Europa, que suelen dinamizar la economía local en los meses veraniegos, además de enviar durante todo el año remesas vitales para muchas familias.
El sector de pesca marítima sufre también, y de los más de 40 grandes barcos que fondeaban en el puerto de la ciudad, ahora quedan menos de diez debido, entre otras cosas, a la falta del apoyo por parte del Estado.
Y es que los empresarios locales reprochan al Estado la falta de "privilegios compensatorios" en forma de excepciones tributarias o rebajas en el precio de los solares en las zonas industriales, que se venden actualmente a 350 dirhams (unos 33 euros) por metro cuadrado.
Todas las cámaras de comercio en Marruecos (un total de doce) firmaron recientemente una petición destinada al presidente del Gobierno para pedir que conceda a la provincia de Alhucemas privilegios a nivel tributario, tal como hace con el Sáhara Occidental.
La única medida de excepcionalidad para el Rif, según reconoce ante Efe una inspectora fiscal, es que hay instrucciones verbales para aplazar las inspecciones rutinarias a los comerciantes hasta que superen el "estancamiento" que dicen sufrir desde hace dos años.
En cuando a las inversiones, el gobierno ha creado una nueva zona industrial en Ait Kamra, al oeste de Alhucemas, además de dos centros de llamadas en la misma ciudad que han permitido crear mas de mil empleos.
Además, otros 1.500 titulados universitarios en paro han sido integrados este año en el sistema educativo, y la agencia estatal de empleo (Anapec) ha ayudado a encontrar empleo a 681 personas en 2017 y 253 en 2018, según su director regional, Otman Lamaiz.
Estas cifras relativamente pequeñas se deben, según un responsable local que pide el anonimato, a la falta de coordinación entre los múltiples actores estatales y a las pocas competencias transferidas a la región.
En 2015, el Gobierno central presentó ante el rey Mohamed VI el proyecto Manarat al Mutawaset como plan integral para desarrollar Alhucemas con un presupuesto total de seis mil millones de dirhams (más de 500 millones de euros).
Sin embargo, dos años después los resultados eran invisibles, y el propio rey Mohamed VI reprendió a su gobierno mostrando "su decepción, descontento y preocupación por la no ejecución en el plazo establecido de los proyectos".
La falta de inversiones estatales y de oportunidades laborales para la población fue precisamente la chispa que encendió las protestas sociales en 2016 y 2017, en las que los manifestantes pedían carreteras, hospitales y universidades.
El alcalde Budra asegura hoy que Alhucemas se ha beneficiado de presupuestos estatales "mucho más grandes" que los que fueron destinados a provincias cercanas como Taunat, Taza o Guercif, pero no parece que su opinión sea compartida por la mayor parte de la población.
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