Se conoce como Jardín de Nemo a los invernaderos submarinos, unas biosferas bajo el mar del norte de Italia que sirven como experimento para comprobar su viabilidad.
Según una investigación reciente, la protección de bosques antiguos es crucial, ya que sus árboles milenarios o centenarios se encargan de almacenar carbono y del mantenimiento de las redes ecológicas de los ecosistemas.