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Un nuevo estudio en la Comunidad de Madrid revela que casi el 95 % de los menores con funcionamiento intelectual límite han tenido que cambiar de centro educativo al menos una vez, debido a la falta de apoyos y problemas de convivencia. Además, más de la mitad han sufrido acoso escolar, mientras que muchas enfrentan dificultades para acceder al empleo y a una vida independiente. Estas cifras ponen en evidencia la necesidad urgente de mejorar los recursos y apoyos para este colectivo.
Una realidad invisible: Menores con funcionamiento intelectual límite en Madrid
Un reciente estudio ha revelado una realidad preocupante en la Comunidad de Madrid. Casi el 95 % de los menores con funcionamiento intelectual límite (FIL) han tenido que cambiar de centro educativo, muchas veces más de una vez. Las causas principales son la falta de apoyos adecuados y los conflictos de convivencia en el entorno escolar.
Este dato acerca de los menores forma parte del primer Estudio de Situación y Necesidades de las Personas con Funcionamiento Intelectual Límite en Madrid. La investigación ha sido impulsada por Plena inclusión Madrid y se presentó en la jornada “En tierra de nadie”, un nombre que refleja bien la situación de este colectivo.
Un estudio con voces reales
El trabajo sobre menores e inteligencia fue desarrollado en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid y con el apoyo del Grupo de Expertos en Inteligencia Límite. Se recogieron datos de 113 personas, y también se organizaron grupos de discusión donde participaron familiares, profesionales y personas con FIL. Esta metodología permitió escuchar directamente las experiencias de quienes viven esta realidad día a día.
Uno de los aspectos más destacados es el alto porcentaje de personas que aún vive con su familia: un 89,4 %. Sin embargo, más de la mitad de ellas expresó el deseo de vivir de forma independiente o con su pareja. Esta situación refleja los límites que aún existen para alcanzar una vida autónoma.
Educación y empleo: derechos aún por cumplir
Aunque el 92 % de las personas con FIL tiene algún tipo de titulación académica, solo el 41,6 % está trabajando. Este contraste evidencia una brecha importante entre la formación y las oportunidades reales de empleo. Muchas de estas personas no encuentran trabajos adaptados a sus capacidades ni entornos laborales inclusivos.
En el ámbito educativo, el 65,5 % se formó en centros ordinarios. Sin embargo, la mayoría coincide en que no recibieron los apoyos necesarios para avanzar con éxito. La falta de materiales adaptados y el escaso acompañamiento personalizado afectaron su aprendizaje y su integración.
Además, el estudio muestra otro dato preocupante: el 54 % de los menores sufrió acoso escolar. Esto demuestra que, además de enfrentarse a barreras estructurales, también tienen que lidiar con situaciones de violencia y exclusión por parte de sus iguales.
Tomás A. Sancho, presidente de Plena inclusión Madrid, ha destacado la importancia de este informe para dar visibilidad a un colectivo que ha sido ignorado durante mucho tiempo. Señaló también la urgencia de mejorar la formación de los profesionales que trabajan con menores con FIL, y pidió un refuerzo claro de los apoyos tanto en el ámbito educativo como en el laboral.
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