Si bien la necesidad de ayuda humanitaria aumentó, la inseguridad alimentaria y la pobreza también continúan presentes en medio de la pandemia de la COVID-19.
El volcán Cumbre Vieja apagó sus cenizas hace apenas una semana, lo que ha provocado la tranquilidad de todos los palmeros. A pesar de ello, las consecuencias medioambientales se mantienen.
La zona del Guadalquivir, más concretamente el parque de Doñana, ha comenzado a sufrir una sequía imparable. La actividad humana, como la caza de aves acuáticas, ha hecho estragos en el medio ambiente y en el hábitat.
Los turistas podrían propagar el coronavirus que causa la Covid-19 a especies de orangutanes en peligro crítico de extinción si se toman selfis con estos simios sin tomar las precauciones necesarias.
La erupción del volcán de Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma, ha entrado este lunes en su semana 13 de actividad tras haber cumplido 86 días de erupción.