La población civil no es la única que sufre los estragos de un conflicto armado. Las guerras también tienen efectos devastadores sobre el medio ambiente.
Un estudio revela que los murciélagos de labios con flecos, pequeños carnívoros de los bosques de Panamá, son depredadores tan eficientes como los leones e incluso más exitosos.
Las praderas son grandes zonas de hierba con pocos árboles. Son muy importantes porque guardan carbono, regulan el agua y dan alimento y refugio a muchos animales.
El cambio climático amenaza la dieta del oso pardo cantábrico, ya que los árboles que producen frutos secos como el roble, el haya y el avellano podrían reducir su producción.