Los jóvenes encuestados tienen claro que para detenerlo hay que unirse y decirle al agresor que pare (79,2 %) o decírselo a un profesor o adulto (77,8 %).
Desde su creación en 2016, ProFuturo ha ido creciendo y hoy se implementa en casi 10.000 escuelas de 38 países, gracias a la formación de más de 450.000 docentes.