El uso de bastoncillos para los oídos causa una gran infección a una mujer que le estaba devorando el cráneo

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19/08/2019 - 11:13
bastoncillos de oídos

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Durante cinco años, una mujer australiana de 37 años tenía la costumbre de limpiar cada noche su oídos con bastoncillos de algodón. No imaginaba, qué consecuencias le traería.

Un día, comenzó a padecer molestias en el oído izquierdo, así que, decidió acudir al médico, donde le diagnosticaron otitis o infección del oído.

Tras examinarle los dos oídos y recetarle antibióticos, los problemas persistieron. Un día, al sacarse el bastoncillo con el que estaba limpiando su oído, lo vio empapado de sangre.

Se le realizó un test en que se pudo comprobar la perdida de audición. Tras acudir a un otorrinolaringólogo para realizarse una tomografía de cabeza, se descubrió la cruda realidad.

A pesar de que le mandaron antibióticos para tratar la infección de oídos, los problemas iban a más

Jasmine, así se llama la afectada, averiguó gracias a los médicos que una infección bacteriana le estaba devorando el hueso del cráneo. En concreto, por la parte posterior de su oído.

El otorrino le avisó de que tenía que haber acudido hace cinco años a consulta. Acto seguido, le programó una cirugía urgente que duró unas cinco horas.

Durante la intervención, se le retiró el tejido infectado, reconstruyendo el canal auditivo. Los cirujanos encontraron fibras de algodón en el oído. Infectado por la acumulación de bacterias durante los cinco años que realizaba esta acción.

En el oído es mejor no introducir nada, ya que algo que creemos que nos puede beneficiar, puede resultar fatal

Se comprobó que el hueso del cráneo de la mujer tenía el grosor de una papel. Desde la Academia Americana de Otorrinolaringología recomiendan no introducir objetos en los oídos.

Instan a no utilizar bastoncillos, porque pueden resultar perjudiciales para la salud. Al empujar hacia dentro la cera, irritan y dañan los oídos, llegando a perforar el tímpano, y causando infección.

Para Jasmine, algo tan cotidiano que realizaba con el cuidado de sus oídos, se convirtió en su mayor pesadilla. Aunque los cirujanos consiguieron detener la infección, la pérdida de su oído es irreversible.

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