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Con la llegada de la Navidad, el Club Juegaterapia ha dado un paso más en su compromiso con la infancia y el bienestar emocional de los niñas y niños con cáncer en tratamiento y post tratamiento oncológico. En estas fechas tan especiales, el espacio se ha convertido en un auténtico pueblo de Laponia, donde la nieve, la fantasía y el juego invaden cada rincón para regalar a los pequeños y a sus familias una experiencia inolvidable. Así lo ha señalado la Fundación Juegaterapia, impulsora de este proyecto único, que apuesta por la imaginación como herramienta de apoyo emocional.
Durante varios días, el Club deja atrás su apariencia habitual para sumergirse de lleno en el espíritu navideño. Luces cálidas, música propia de estas fechas, decoraciones cuidadas al detalle y una atmósfera envolvente consiguen transportar a los asistentes a un lugar donde la ilusión vuelve a ocupar el centro de todo.
Un espacio pensado para seguir siendo niños
El Club Juegaterapia es un espacio pionero, multisensorial y totalmente adaptado a las necesidades de niñas y niños con cáncer. Creado por la Fundación Juegaterapia, este lugar se ha convertido en un refugio seguro lejos del entorno hospitalario, donde los pequeños pueden jugar, imaginar, compartir tiempo en familia y, sobre todo, seguir siendo niños.
Aquí, el juego no es solo entretenimiento, sino una herramienta fundamental para el bienestar emocional. En un contexto marcado por tratamientos, visitas médicas y largas esperas, el Club ofrece un respiro necesario tanto para los niños como para sus familiares, permitiéndoles disfrutar juntos de momentos de normalidad y alegría.
Bajo el nombre de Nieveterapia, la sala inmersiva del Club se transforma en un escenario mágico cubierto de nieve artificial, luces y actividades diseñadas con mimo. Cada propuesta está pensada para que los verdaderos protagonistas, los niños y sus familias, se sumerjan por completo en la experiencia y se olviden, aunque sea por unas horas, de la enfermedad.
El impacto de esta iniciativa se refleja directamente en las familias, que encuentran en el Club Juegaterapia un lugar donde la preocupación pasa a un segundo plano. Las risas, el asombro y la emoción compartida se convierten en protagonistas, creando recuerdos que permanecen más allá de estas fechas.
La voz de las familias
Victoria, madre de Mía, resume a la perfección lo que significa esta experiencia: “Ver a Mía volver a jugar es increíble; no la veía disfrutar así desde que comenzó la enfermedad. Poder traerla al Club Juegaterapia, donde además comparte y juega con otros niños, es una experiencia maravillosa para toda la familia”. Testimonios como el suyo reflejan la importancia de contar con espacios que atiendan no solo a la salud física, sino también a la emocional.
La recreación de este universo navideño ha sido posible gracias a la colaboración de empresas solidarias como Primark, Levadura Madre, Travelkids, Eonesia, Pau Costa Efectos Especiales, Newmedia y Susana Freire & Macarena Decoración. A ello se suma el compromiso y la dedicación de todo el equipo de la Fundación Juegaterapia, que ha trabajado para cuidar cada detalle y ofrecer un entorno seguro, acogedor y emocionante.
“Para muchos de estos niños con cáncer, la Navidad puede ser un momento complicado por la enfermedad y los tratamientos. En el Club Juegaterapia queríamos que la vivieran como lo que es: una época de ilusión, magia y esperanza”, explicó Mónica Esteban, presidenta de la Fundación Juegaterapia. “Aquí, la nieve cae, los sueños se cumplen y la Navidad se siente de verdad”.
El juego como herramienta transformadora para los niños con cáncer
Con iniciativas como Nieveterapia, el Club Juegaterapia vuelve a demostrar que el juego, la creatividad y la ilusión pueden transformar la experiencia de la enfermedad. Esta Navidad, los niños con cáncer y sus familias han viajado juntos a Laponia sin salir de Madrid, guiados únicamente por la imaginación.
María José Jara, directora del Club Juegaterapia, destaca la emoción que se vive en cada jornada: “Ver a los niños disfrutar, jugar en la nieve, sorprenderse con cada rincón y compartir ese momento con sus familias es profundamente emocionante. Nieveterapia nos recuerda que, incluso en los momentos más difíciles, la magia existe y puede cambiarlo todo”.
La Fundación Juegaterapia nació en 2010 con la misión de mejorar la vida de los niñas y niños con cáncer a través del juego. Bajo su conocido lema, “la quimio jugando se pasa volando”, ha transformado habitaciones hospitalarias, patios, azoteas y zonas comunes en espacios de juego en 24 hospitales de toda España. Además, impulsa estudios científicos y programas de humanización que integran el juego como una herramienta terapéutica real.
Uno de sus proyectos más emblemáticos son los Baby Pelones, creados en 2014 para sensibilizar a la sociedad sobre el cáncer infantil. Este muñeco solidario, que representa la caída del cabello durante los tratamientos oncológicos, se ha convertido en el más vendido de su categoría, con más de 2.000.000 de unidades en la última década. Fabricado por la empresa juguetera Arias en Alicante, ha contado con el apoyo altruista de embajadores como Alejandro Sanz, Shakira, Manuel Carrasco, Laura Pausini o Sara Carbonero.
Humanizar los hospitales para cuidar también las emociones
Gracias al apoyo de socios, entidades y empresas, la Fundación Juegaterapia ha inaugurado 50 proyectos de humanización en 24 hospitales, acompañando a miles de niños con cáncer durante su tratamiento oncológico. Su objetivo es claro: lograr que los espacios hospitalarios pediátricos atiendan al bienestar emocional de los pequeños y sus familias.
Proyectos como cines, jardines, estaciones lunares o unidades del color contribuyen a convertir los hospitales en lugares más amables y cercanos. De la mano del personal sanitario, la Fundación trabaja para que el hospital pueda sentirse, en la medida de lo posible, como un hogar.
Porque en el Club Juegaterapia, y especialmente en Navidad, el juego no solo entretiene: también cura.
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