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En España no solo la Falange Española pide que se lleve a cabo una remigración. Es una idea que también defiende Vox. A nivel europeo, hay otros ejemplos, entre ellos los de AfD (Alemania) o FPÖ (Austria).
Recientemente, de hecho, ha tenido lugar una reunión en Italia dedicada en exclusiva a la remigración a la que asistieron caras conocidas de la extrema derecha europea. Algunos de los asistentes fueron Martin Sellner, activista de extrema derecha que pertenece al Movimiento Identitario austriaco, la alemana Lena Kotre (AfD), John McLoughlin (del Partido Nacional Irlandés), Dries Van Langenhove (politólogo belga) o Eva Vlaardingerbroek (analista neerlandesa). - Fuente: Newtral-
¿Qué es la remigración y por qué preocupa en Europa?
La remigración es un concepto cada vez más utilizado por partidos de extrema derecha en Europa, especialmente en países como Francia, Alemania, Italia y los Países Bajos. Aunque no es un término técnico reconocido por organismos internacionales, la extrema derecha lo emplea para referirse a la idea de que ciertos inmigrantes —en particular aquellos de culturas no occidentales o musulmanas— deben regresar a sus países de origen, incluso si son ciudadanos legales o nacidos en suelo europeo.
Este término ha ganado peso en el debate público como una evolución del discurso antiinmigración. Ya no se trata solo de controlar las fronteras o limitar la llegada de personas, sino de revertir la inmigración ya existente mediante propuestas políticas concretas. Esto ha encendido las alarmas entre defensores de los derechos humanos, académicos y políticos democráticos.
Un concepto con raíces en el identitarismo
El término remigración tiene sus orígenes en la ideología identitaria, un movimiento que defiende la preservación de las culturas “nativas” europeas frente a lo que consideran una invasión cultural o demográfica. Este enfoque sostiene que la diversidad étnica y cultural pone en riesgo la cohesión de las sociedades europeas y, por tanto, plantea la remigración como una "solución" para restaurar el orden social.
En la práctica, es una propuesta profundamente polémica que plantea medidas coercitivas, como la retirada de ayudas sociales, la supresión de derechos de residencia o la deportación directa de inmigrantes o descendientes de inmigrantes. Aunque estas ideas no forman parte de programas de gobierno oficiales, sí aparecen con mayor frecuencia en discursos de campaña y documentos internos de partidos como Alternativa por Alemania (AfD), Reconquista de Francia o Vox en España.
Críticas y consecuencias sociales
Numerosos analistas alertan de que la normalización del concepto de remigración alimenta el auge de discursos xenófobos y racistas. Además, puede derivar en políticas discriminatorias que violen los principios fundamentales del Estado de derecho y de la Unión Europea.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han denunciado el uso político de este término, alertando de que puede fomentar la violencia social, la segregación y el estigma hacia las minorías. La difusión de este tipo de mensajes también debilita la convivencia democrática y promueve el miedo como herramienta de movilización política.
La lucha contra estos discursos requiere un compromiso firme con los valores democráticos y los derechos humanos, además de una política migratoria justa, solidaria y basada en datos reales.
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