Rosalía y la era 'Lux', el fenómeno global que ya no es solo música

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30/12/2025 - 17:00
Imagen de Rosalía durante la audición de su nuevo disco, 'Lux', en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC).

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Si alguien pensaba que el techo de Rosalía estaba en el éxito viral de Motomami, el año 2025 ha llegado para desmontar cualquier previsión. La artista catalana no solo ha vuelto a la primera línea, sino que ha redefinido su propio estatus. Ya no hablamos únicamente de una cantante o compositora de éxito; hablamos de una figura cultural omnímoda, una marca global y un referente social que ha sabido leer el espíritu de los tiempos para transformarse una vez más. Con el lanzamiento de su cuarto álbum de estudio, 'Lux', y su reciente reconocimiento como Global Icon en los LOS40 Music Awards Santander celebrados en Valencia, la catalana ha demostrado que su influencia se extiende mucho más allá de las listas de reproducción.

'Lux': la reinvención hacia la luz y el minimalismo

El pasado 7 de noviembre marcó un hito en la carrera de la artista con el lanzamiento de 'Lux'. Si El Mal Querer fue la raíz y Motomami la explosión urbana, 'Lux' es la elevación. Rosalía ha presentado una obra conceptual dividida en cuatro movimientos que funciona como un viaje emocional desde la oscuridad hacia la luz. Canciones como Reliquia o la colaboración con Björk en Berghain muestran una madurez compositiva que huye de lo obvio.

La crítica internacional ha aplaudido esta valentía. En un momento donde la industria premia la inmediatez de TikTok, El Mal Querer ha apostado por un álbum que exige ser escuchado en bloque, recuperando el valor del disco como obra de arte total. Su capacidad para mezclar géneros —desde el barroco hasta la electrónica experimental— sigue intacta, pero ahora bajo un filtro de sofisticación y calma que contrasta con el ruido del mundo actual.

La moda como lenguaje

La transformación musical ha venido acompañada de una revolución estética que ha sacudido el mundo de la moda. Rosalía ha colgado las cazadoras de cuero y las uñas extremas para abrazar un minimalismo arquitectónico. Sus apariciones en 2025, desde la Gala Met hasta la alfombra roja de Valencia, han estado marcadas por siluetas limpias, colores neutros (blanco, negro, beige) y una elegancia serena.

Este cambio no es casual, sino una declaración de intenciones que las grandes marcas han sabido capitalizar. Su rol como embajadora global de Dior y su exitosa colaboración con New Balance (lanzando el modelo 204L) demuestran que Rosalía es hoy una de las prescripctoras de estilo más potentes del planeta. Lo que ella viste, se convierte en tendencia instantánea, validando su estatus de icono de moda al nivel de las grandes estrellas de Hollywood.

Compromiso social y raíces

Pero quizás el movimiento más trascendente de la artista en 2025 ha sido su paso decidido hacia la filantropía institucional. Lejos de quedarse en el activismo de redes sociales, la artista ha formalizado su compromiso social con la creación de la Fundación Rosalía en L'Hospitalet. Liderada por su madre, Pilar Tobella, esta organización nace con el objetivo de apoyar a colectivos vulnerables y fomentar la educación artística.

Este compromiso se hizo tangible y emotivo durante la gala de LOS40 en Valencia. Al recoger su premio Global Icon, Rosalía no habló de cifras ni de récords, sino que dedicó sus 20 segundos de discurso a las víctimas de la DANA que asoló la región un año antes. No fue un gesto vacío: recordamos que en octubre de 2024, la artista estuvo sobre el terreno como voluntaria, descargando camiones y repartiendo alimentos con la ONG del chef José Andrés. Esa conexión genuina con la realidad, esa capacidad de bajar del escenario para pisar el barro, es lo que le ha otorgado una legitimidad y un respeto que el dinero no puede comprar.

La inteligencia de una artista total

Lo que distingue a Rosalía en 2025 no es solo su talento, que es indiscutible, sino su inteligencia estratégica y emocional. En una industria que devora juguetes rotos a velocidad de vértigo, ella maneja los tiempos con una precisión quirúrgica. Sabe cuándo desaparecer para crear deseo y cuándo volver para dominar la conversación.

Su evolución hacia 'Lux' es un riesgo calculado que demuestra que no tiene miedo a desafiar a su propio público. Podría haber hecho un Motomami 2.0 y asegurar el éxito comercial fácil, pero ha elegido crecer. Y en ese crecimiento, ha arrastrado a sus seguidores hacia territorios más complejos.

Además, su perfil empresarial y social completa el círculo. Esta artista ha entendido que ser una estrella en el siglo XXI implica tener una voz propia en los problemas del mundo. No es solo una cantante; es una marca, una líder de opinión y, ahora también, una agente de cambio social. Su capacidad para unir la alta cultura con lo popular, la vanguardia con la tradición y el éxito global con la humildad local, la convierte en una figura única.

En definitiva, Rosalía en 2025 es la definición perfecta de artista total. Ha trascendido las etiquetas de "cantante urbana" o "flamenca" para convertirse simplemente en un género en sí misma, un fenómeno cultural que España exporta al mundo con orgullo y que, a sus 33 años, parece estar solo empezando.

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