Rusia quiere acabar con los cimientos de lo que un día fue Ucrania y para ello también necesita hacer mella en su cultura y en la construcción de los ucranianos como pueblo.
La incursión de Rusia en Ucrania no está yendo según lo planeado desde Moscú, ya que se está observando un aumento constante en el suministro de material de guerra occidental para Ucrania.
En 2022, las bombas de racimo causaron heridas o muertes a al menos 1.172 personas en todo el mundo, con un 95 % de víctimas civiles, según el informe anual de la Coalición contra las Bombas de Racimo (CMC).
Ucrania participó de una cumbre de la OTAN donde se debatió, entre otras cuestiones, el posible ingreso del país a la organización. Sin embargo, todavía no hay invitación formal.
El Grupo Wagner, una empresa de soldados a sueldo que ha supuesto uno de los principales pilares de la ofensiva Rusa en Ucrania, entra en conflicto con los intereses de Putin.