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La vida de Yaidel Álvarez cambió para siempre un día de sol intenso frente a la orilla de un río. Lo que comenzó como una tarde de juegos entre amigos terminó en un instante fatídico. A los doce años, una mala ejecución en "una tirada" al agua le provocó un impacto seco que marcaría su destino. El diagnóstico médico fue devastador: fractura de tres vértebras cervicales con una rotura completa de la C6. Hoy, a sus veintiocho años, Yaidel ha pasado más de la mitad de su existencia conviviendo con una lesión medular, pero su historia no es una de derrota, sino de una superación extraordinaria.
A la gravedad del accidente se sumó una cadena de infortunios médicos. De origen cubano, Yaidel se encontraba en un país donde la atención sanitaria no estuvo a la altura de la urgencia. Una mala praxis de los facultativos demoró su operación más de tres días, un tiempo vital que, de haberse aprovechado, podría haber significado una mejoría notable en su movilidad. Sin embargo, lejos de anclarse en el rencor por el tiempo perdido, este joven ha asumido su realidad con una valentía que hoy sirve de faro para miles de personas.
Consejos prácticos para recuperar sensibilidad tras una lesión medular
Con el paso de los años, Yaidel ha encontrado una nueva misión: utilizar las plataformas digitales para orientar a quienes transitan su mismo camino. Su perfil en redes sociales se ha convertido en un espacio de guía y motivación para el colectivo de la discapacidad. A través de vídeos cercanos y didácticos, comparte trucos y ejercicios específicos, conocidos como tips, diseñados para despertar la movilidad o la sensibilidad en extremidades que muchos darían por perdidas tras una lesión medular.
Uno de sus contenidos más seguidos se centra en la recuperación de la sensibilidad en los pies. Basándose en las recomendaciones de sus doctores y en su propia experimentación, Yaidel propone ejercicios sensoriales que buscan "reconectar" el cuerpo con el entorno. Sus consejos no solo son técnicos, sino que están impregnados de una lógica aplastante nacida de la experiencia diaria de vivir con una lesión medular.
El contacto con la naturaleza como terapia sensorial
El primer ejercicio que recomienda Álvarez es el uso de la arena. Sugiere meter los pies en arena suave y ejercer una presión controlada sobre ella. El joven destaca que es preferible realizarlo en momentos donde el suelo haya recibido el calor del sol, ya que la temperatura ayuda a estimular las terminaciones nerviosas. No obstante, advierte con prudencia: debido a la falta de sensibilidad que caracteriza a la lesión medular, es imprescindible tocar la arena primero con las manos para evitar quemaduras accidentales que el pie no podría detectar a tiempo.
Del mismo modo, la hierba se presenta como una aliada fundamental. Caminar o simplemente posar los pies sobre el césped ayuda a "despertar" los sentidos. "A mí me funcionó muy bien", reconoce Yaidel, subrayando siempre la importancia de revisar el terreno previamente para evitar cualquier objeto punzante que pueda herir la piel. Estas sesiones, de unos quince a veinte minutos, son pequeños pasos hacia una reconexión vital.
Otras superficies y la importancia del autocuidado
El trabajo no se detiene en los entornos naturales. Yaidel menciona incluso el asfalto con pequeñas piedras rugosas como una superficie de entrenamiento, donde se puede presionar y arrastrar el pie suavemente. Recuperar sensaciones después de sufrir una lesión medular es un proceso lento y laborioso que requiere constancia y, sobre todo, una vigilancia extrema de la integridad física.
Finalmente, la labor de Yaidel Álvarez trasciende lo físico. Sus redes sociales son un espejo de aceptación y lucha. Aquel niño que tuvo que empezar a batallar contra la lesión medular de forma prematura es hoy un adulto que expande su ejemplo a nivel internacional. Su mensaje es claro: la vida no se detiene en una silla de ruedas; simplemente cambia de ritmo, y con el apoyo adecuado y una voluntad inquebrantable, siempre hay espacio para la esperanza.
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