Si la salud del planeta es buena, nosotros tendremos menos probabilidades de padecer enfermedades infecciosas. Por ello, debemos cuidar nuestro planeta hasta el último minuto.
Durante el pasado mes de julio se produjeron una serie de sucesos medioambientales como las crecidas de ríos e inundaciones que causaron daños económicos y personales en algunos países de Europa central.
Si bien la necesidad de ayuda humanitaria aumentó, la inseguridad alimentaria y la pobreza también continúan presentes en medio de la pandemia de la COVID-19.
El volcán Cumbre Vieja apagó sus cenizas hace apenas una semana, lo que ha provocado la tranquilidad de todos los palmeros. A pesar de ello, las consecuencias medioambientales se mantienen.