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España se consolida como uno de los países con mejor calidad en sus aguas de baño, alcanzando casi el 88 % de sus zonas con la calificación “excelente”, según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
España y la calidad de sus aguas de baño
España se destaca hoy en día como uno de los países europeos con mejor calidad en sus aguas de baño. De acuerdo con el último informe anual de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la mayoría de las playas y zonas recreativas españolas presentan una calidad catalogada como “excelente”. Este informe es una referencia fundamental para turistas y residentes que buscan lugares seguros y saludables para disfrutar del baño durante el verano.
En 2024, se evaluaron más de 2,200 zonas de baño en España, entre playas y áreas de interior como ríos y lagos. De estas, cerca del 88 % recibieron la calificación más alta en calidad, mientras que alrededor del 7,5 % alcanzaron un nivel considerado bueno. Esto implica que más del 95 % de las aguas españolas cumplen con los estándares ambientales más exigentes.
Por otro lado, un pequeño porcentaje fue clasificado como suficiente o pobre, indicando que algunas áreas necesitan atención y mejoras urgentes.
Diferencias entre aguas costeras e interiores
Un aspecto interesante del informe es la diferencia en calidad entre las aguas de baño costeras y las interiores. En el caso de las zonas marítimas, un 92 % de las playas alcanzaron la categoría “excelente”.
En contraste, sólo poco más de la mitad de las aguas interiores lograron esta distinción. Esto podría explicarse por factores naturales, como la mayor capacidad de dilución en el mar, y por la gestión distinta que se realiza en cuencas fluviales y lagos.
España no está sola en esta tendencia positiva. En toda la Unión Europea, cerca del 85 % de las aguas tienen calidad “excelente”, y un 96 % cumplen con los requisitos mínimos establecidos por la legislación comunitaria. Algunos países como Austria, Grecia y Croacia destacan por mantener el 100 % de sus aguas en condiciones óptimas para el baño.
Importancia de la vigilancia y el mantenimiento
Aunque los resultados son muy positivos, el informe también subraya la necesidad de continuar con la vigilancia y la inversión en la mejora constante de las aguas de baño. Por ello, mantener altos niveles de calidad no es un logro permanente sin esfuerzo, sino un proceso continuo que requiere políticas eficaces y la participación activa de autoridades y comunidades locales.
En definitiva, España ha consolidado su posición como un referente en la calidad de sus aguas de baño, ofreciendo a sus ciudadanos y visitantes lugares seguros y saludables para disfrutar del verano.
La combinación de esfuerzos de control ambiental, gestión adecuada y compromiso social permite que la mayoría de sus aguas de baño gocen de un estado excelente, lo que contribuye a la protección del medio ambiente y al bienestar de las personas.
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