
Lectura fácil
Un total de 60 países ratifican el Tratado de los Océanos, dando un paso histórico para proteger al menos el 30 % de las aguas internacionales antes de 2030 y frenar la sobreexplotación y la contaminación en alta mar.
El Tratado de los Océanos, una situación que influye en las aguas internacionales
Un paso histórico para la protección marina se ha dado: 60 países han ratificado el Tratado de los Océanos, también conocido como Tratado de Alta Mar o BBNJ (Biodiversity Beyond National Jurisdiction).
Con ello, se espera que al menos el 30 % de las aguas internacionales estén protegidas antes de 2030, un objetivo clave para frenar la degradación de los océanos. La entrada en vigor del acuerdo se producirá 120 días después de la ratificación, marcando un hito en la gobernanza global de los mares.
Hoy, menos del 1 % de las aguas internacionales cuenta con protección efectiva. Solo el 0,9 % se encuentra altamente protegida, dejando vastas zonas vulnerables a la sobrepesca, la minería submarina y la contaminación. Ecologistas destacan que la protección de estas áreas no es opcional: “Cada año que pasa sin acción agrava la crisis climática y pone en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas”, señalan.
Metas ambiciosas para 2030
Proteger el 30 % de las aguas internacionales implica crear santuarios marinos que cubran más de 12 millones de kilómetros cuadrados anuales durante los próximos cinco años, una extensión similar al tamaño de Canadá.
Este desafío exige coordinación global, planificación científica y compromiso político inmediato. La primera COP de los océanos, prevista para 2026, será una oportunidad clave para avanzar en estos objetivos.
La voz de la ciudadanía
La ratificación del tratado no sería posible sin la presión de la sociedad civil. Más de tres millones de personas, junto con pescadores artesanales y personalidades del mundo de la cultura, han apoyado campañas que hicieron realidad este acuerdo.
Su participación demuestra que la protección de los océanos es un esfuerzo colectivo y que la ciudadanía tiene un papel activo en la preservación de las aguas internacionales.
Acciones urgentes y transparencia
Los ecologistas llaman a los países que aún no han ratificado el tratado a sumarse de inmediato y a declarar santuarios marinos basados en evidencia científica y participación comunitaria.
También se promueve una moratoria sobre la minería submarina en este tipo de aguas, cuya explotación podría generar daños irreversibles a los ecosistemas.
La ratificación masiva del Tratado de los Océanos envía un mensaje claro: los océanos son una prioridad urgente. Si no se actúa, los riesgos incluyen millones de toneladas de plástico flotando en aguas internacionales, aumento del CO₂ absorbido por los océanos y pérdida masiva de biodiversidad, como el blanqueamiento de corales.
Este acuerdo ofrece la oportunidad histórica de proteger los océanos y asegurar su salud para las futuras generaciones. A pesar del acuerdo, es necesario abrir conciencia hacia la sociedad para tratar de presionar a los gobiernos y actuar de forma efectiva y rápida.
Añadir nuevo comentario