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Bruselas, 26 sep (EFE).- Las autoridades federales de Bélgica se preparan para una posible penuria de electricidad que generará la inactividad de seis de los siete reactores nucleares del país, circunstancia que puede acarrear cortes diarios en distintos municipios a partir de noviembre.
La ministra de Energía, Marie-Christine Marghem, aseguró hoy que está haciendo presión para importar toda la electricidad posible de Francia, ya que el Gobierno federal prevé que solo el reactor número 3 de la central nuclear de Doel, en el norte del país, esté disponible en el frío mes de noviembre.
Los reactores 1 y 2 de esa misma planta están parados y no pueden reanudar su actividad por un problema de fugas, mientras que el número 4 ha debido ser detenido por degradaciones en el cemento, al igual que los reactores 1 y 2 de la otra central del país, la de Thiange, en el este.
"Bajo la presión ejercida por el Gobierno, Electrabel ha podido contratar, en principio, 750 megavatios suplementarios", declaró hoy la ministra, quien aseguró que su departamento seguirá intentando que Electrabel, principal compañía eléctrica de Bélgica y la filial del grupo francés Engie, pueda importar más energía.
A partir del mes de noviembre, previsiblemente la demanda de electricidad en Bélgica será superior a la oferta, algo que ya ocurrió en 2014, cuando Bélgica se dotó de un plan de desprendimiento de carga que divide el país en ocho tramos a los que se les irá cortando puntualmente la corriente en función de la gravedad de la situación.
Ese plan, que normalmente prevé cortes de electricidad de tres horas al final del día, se activaría "a partir del momento en que todos los otros medios disponibles no bastasen para tener corriente", según comentó a la cadena pública "RTBF" el experto en energía de la Universidad de Lieja Damien Ernst.
Algunos municipios preparan ya planes de contingencia, según explicó a la radiotelevisión "RTBF" el concejal de Energía del municipio valón de Walhain, Jean-Marie Gillet.
"Hemos identificado las zonas sensibles del territorio, como el asilo de ancianos o las explotaciones agrícolas, allí donde los cortes de electricidad puedan tener consecuencias graves", y también "a las personas o familias más aisladas o precarizadas" y que podrían quedar muy disminuidas en caso de corte de la corriente, declaró Gillet.
No obstante, les corresponderá a los ministros de Ecología y de Economía decidir el orden de los ayuntamientos en los que se interrumpiría el suministro eléctrico en caso de necesidad.
La ministra atribuye la responsabilidad de la situación a la mala planificación de las obras en las centrales por parte de Electrabel.
La compañía, por su parte, se ha defendido señalando que la empresa es la primera perjudicada por la situación ya que sufrirá un impacto negativo de 600 millones de euros porque tendrán que asumir los costes fijos, además de importar energía.
Ante la situación de incertidumbre, los precios de la electricidad en Bélgica han llegando esta semana a doblar los baremos normales en esta época del año, aún templada en Bélgica y con pocas casas con la calefacción en marcha.
"La demanda de electricidad se mantiene igual, por lo que el precio a aumentado únicamente por motivo de la incertidumbre", señaló el presidente del partido socialista flamenco sp.a, John Crombez.
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