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Afganistán enfrenta una de las crisis de género más severas del mundo. Desde 2021, las mujeres han sido excluidas en masa del trabajo, la educación y la vida pública, enfrentando restricciones que limitan gravemente su desarrollo y sus derechos.
Exclusión en mujeres de Afganistán: una crisis prolongada
Afganistán continúa siendo uno de los países con mayores desigualdades de género en el mundo, especialmente en lo que respecta al acceso de las mujeres al trabajo y a la educación. Desde que los talibanes retomaron el control en agosto de 2021, las restricciones impuestas se han intensificado, afectando su desarrollo personal, profesional y social.
Actualmente, solo una de cada cuatro afganas forma parte de la población económicamente activa, mientras que casi nueve de cada diez hombres tienen participación en el mercado laboral. Esta diferencia refleja una brecha de género profunda y estructural. Además, los datos muestran que muchas de las que buscan empleo no logran encontrarlo, y las que sí lo hacen suelen estar en condiciones laborales precarias, mal remuneradas o relegadas al trabajo doméstico desde casa.
El número de mujeres que han perdido su empleo o no pueden acceder a uno ha aumentado drásticamente desde el cambio de gobierno. Las limitaciones legales, sociales y culturales impuestas por las autoridades actuales han reducido aún más las ya escasas oportunidades disponibles.
Educación prohibida para la mayoría
La situación educativa también es alarmante. Casi el 80 % de las jóvenes afganas están actualmente excluidas de la educación formal, la capacitación profesional y cualquier tipo de formación.
Esta exclusión es casi cuatro veces mayor que la que afecta a los hombres jóvenes. Las restricciones afectan especialmente a la educación secundaria y universitaria, incluida la formación médica, lo que impide a miles de niñas continuar su desarrollo académico.
La falta de acceso a la educación no solo limita las oportunidades laborales, sino que también tiene consecuencias duraderas para el desarrollo del país. Sin mujeres formadas, se reduce la capacidad de la sociedad para progresar en salud, economía y equidad social.
La desigualdad de género también se refleja dentro del hogar. Mientras que el 74 % dedican la mayor parte de su tiempo a tareas no remuneradas, como el cuidado del hogar y la familia, solo el 3 % de los hombres asume este tipo de responsabilidades. Esta carga invisible limita aún más el tiempo y la energía disponibles para que las mujeres busquen empleo o estudien.
Una de las mayores brechas de género del mundo
El informe más reciente elaborado por organizaciones internacionales sitúa a Afganistán como el segundo país con mayor brecha de género a nivel global. En aspectos como salud, educación, acceso financiero y participación en la toma de decisiones, las mujeres apenas alcanzan el 17 % de su pleno potencial. A nivel mundial, ese promedio supera el 60 %.
A pesar de todo, muchas afganas siguen luchando por sus derechos, liderando pequeños negocios, brindando apoyo humanitario y resistiendo en un entorno que constantemente las margina. Su perseverancia es un llamado a la comunidad internacional para no dejarlas solas.
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