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Castilla-La Mancha y Extremadura refuerzan la vida silvestre en sus bosques con nuevos refugios de fauna

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30/05/2025 - 10:47
Castilla-La Mancha y Extremadura dan lugar a los bosques sinérgicos

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El proyecto Bosques Sinérgicos, impulsado por la Fundación Biodiversidad, avanza en la mejora de la biodiversidad forestal mediante la instalación de más de 300 refugios de fauna en Castilla-La Mancha y Extremadura, integrando conservación, gestión sostenible y adaptación al cambio climático.

Un paso hacia la biodiversidad: el proyecto Bosques Sinérgicos

La conservación de los ecosistemas forestales en España ha dado un nuevo paso adelante con el impulso del proyecto Bosques Sinérgicos, una iniciativa que busca integrar de manera equilibrada la gestión forestal tradicional con nuevas oportunidades vinculadas a la bioeconomía y la mitigación del cambio climático. Esta propuesta piloto, respaldada por la Fundación Biodiversidad, se desarrolla en el marco de una economía circular y con un fuerte componente de innovación ecológica.

El proyecto tiene como uno de sus ejes centrales la reducción del riesgo de incendios, la diversificación del uso de los recursos forestales y la mejora de los hábitats para la fauna. En este sentido, se apuesta por una silvicultura adaptativa que contribuya a la resiliencia de los bosques frente a amenazas como el cambio climático o la pérdida de biodiversidad.

Una de las actuaciones más visibles –y valiosas– del proyecto ha sido la instalación de más de 300 refugios de fauna en zonas forestales de Castilla-La Mancha y Extremadura. Esta acción ha sido llevada a cabo por la Universidad de Alcalá de Henares, en colaboración con las administraciones forestales de ambas comunidades autónomas.

Los bosques seleccionados presentan un denominador común: su estructura homogénea y la falta de elementos que sirvan como refugio para la fauna. En muchos casos, se trata de masas forestales que fueron repobladas en el pasado o que han sufrido una intensa explotación, lo que ha limitado la presencia de árboles maduros con oquedades naturales.

Para suplir esa carencia, se han instalado cajas nido para aves insectívoras y refugios para murciélagos, especialmente en áreas donde la biodiversidad estructural del bosque es muy baja. Estas estructuras permiten que especies como el autillo, el mochuelo o distintas variedades de quirópteros puedan establecerse y reproducirse en entornos que, de otra forma, les serían hostiles.

Técnicas innovadoras para un hábitat natural

Además de las cajas nido, el proyecto ha desarrollado una técnica artesanal para la creación de cavidades en árboles muertos o en especies exóticas. Se trata de intervenciones muy precisas, similares a trabajos de ebanistería, que simulan refugios naturales con una apariencia y funcionalidad adaptadas a las necesidades de diferentes especies.

Estas cavidades artificiales ofrecen ventajas frente a otros sistemas, como una mayor protección térmica y una mejor resistencia ante las condiciones climáticas extremas, lo que favorece el éxito reproductivo de la fauna beneficiaria.

Otra medida destacada del proyecto es la construcción de majanos de piedra y pilas de leña, elaboradas con restos generados durante las labores de gestión forestal. Estas estructuras actúan como hábitat alternativo para reptiles, anfibios, micromamíferos y artrópodos, integrando la biodiversidad en cada fase de la intervención.

Una red de vida en evolución

Con estas acciones, Bosques Sinérgicos demuestra que es posible combinar producción, conservación y adaptación climática en un mismo modelo forestal. La colaboración entre universidades, administraciones y entidades como la Fundación Biodiversidad ha sido clave para dar forma a este proyecto, que marca un camino claro hacia unos bosques más resilientes, diversos y vivos.

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