Un equipo de investigadores propone sustituir materiales de construcción tradicionales como el concreto y el plástico por versiones modificadas que capturan dióxido de carbono (CO2).
El turismo costero, que representa el 50 % del gasto global, enfrenta amenazas del cambio climático. Para protegerlo, se necesitan 65.000 millones de dólares anuales hasta 2030.
La generación beta, nacida en 2025, crecerá rodeada de tecnología e inteligencia artificial. Serán más conscientes del medio ambiente y adoptarán prácticas como el reciclaje.
La sustitución de materiales de construcción convencionales como el hormigón y el plástico por otros modificados para almacenar dióxido de carbono (CO2) podría acercar al planeta Tierra a la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero y frenar así el cambio climático.