¿Cómo varía el deseo sexual en las personas?

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23/03/2022 - 10:36
Chica pensativa

Lectura fácil

Las personas evolucionan, sea por su contexto, por el paso de los años o por mil motivos más. Esto, a su vez, hace que su deseo sexual también se vea afectado. El placer es algo que forma parte del ser humano a nivel instintivo, es algo intrínseco a las personas. Todos pasamos por diferentes niveles de deseo sexual en base a aspectos como la edad que tienen o incluso la estación del año en la que se encuentran.

El deseo sexual varía mucho a lo largo de nuestra vida, pero también en nuestro día. Hay quienes pueden llegar a levantarse un día deseando entrar en una tienda erótica para aventurarse a probar Dildos y acabar la jornada queriendo alejarse de cualquier juguete erótico. Y sí, todo esto tiene mucho que ver con nuestro estado de ánimo y nuestro estado físico.

Las variaciones de la libido y los factores clave

Hay numerosos factores que influyen en la libido, en el deseo sexual de las personas, sobre todo a nivel externo. ¿Sabías que la primavera podría aumentar tu interés por el placer? Sí. ¿Y la edad, también influye? Sí. Vamos a ahondar en todo esto a continuación.

La edad

Es un hecho más que probado que la sexualidad y el deseo sexual evolucionan considerablemente con el paso de los años. Realmente, no se puede hablar de deseo como tal hasta que llega la adolescencia, dado que son las hormonas las que se encargan de dar pie a lo que se denomina como despertar sexual.

En esas edades, todo lo relacionado con el sexo se vuelve muy importante para las personas. La líbido está disparada, aunque varía mucho en función de la persona y del género, pero por lo general es cuando más presente está.

Por otra parte, cuando se avanza en la juventud es cuando se alcanza la fase de plenitud sexual. En esta etapa el sexo se vive con un mayor desenfreno, llegando a vivir el deseo con tanta intensidad que lleva a muchos, sobre todo a chicos, a querer satisfacerlo inmediata e impulsivamente. Se tiene esa terrible y equivocada idea de que las relaciones íntimas se acabarán a los 60 años y se intenta exprimir al máximo.

Cuando se llega a la edad adulta, se pasa a vivir el sexo sin tabúes. Es aquí cuando se empieza a experimentar con ideas más o menos atrevidas, como puede ser el bdsm, el uso de juguetes, etc. Se abandona la vergüenza, pero también surgen más miedos por el declive físico causado por la edad.

Es cierto que, en esa etapa, se pierden algunas capacidades sexuales, sin embargo, aunque eso pasa sobre todo en los hombres, es en las mujeres donde aumenta el deseo sexual al alcanzar esta etapa de edad.

Llegada la madurez, disminuye la frecuencia de relaciones íntimas más por la monotonía que por la falta de deseo. Los miedos en los hombres se acentúan todavía más y la menopausia en las mujeres provoca una falta de apetito sexual. No obstante, también hay casos en los que ellas deciden vivirlo con todavía más intensidad porque se pierde el riesgo de embarazo.

Al alcanzar la tercera edad, el deseo sexual se mantiene casi con la misma fuerza que en otras edades. Aunque las capacidades físicas no sean las mismas, sigue habiendo pasión y la confianza es tal que se disfruta todavía más de las relaciones íntimas, sobre todo en pareja. Si se goza de buena salud, la vida sexual es tanto o más intensa que en etapas anteriores.

El estado de ánimo

Nuestras emociones, por supuesto, afectan al apetito sexual. Las emociones, las creencias, los pensamientos y los sentimientos influyen en la pasión y el deseo de tener relaciones íntimas con otras personas. De hecho, las hay que pueden provocar una importante disfunción en este sentido.

Las que más afectan de forma negativa son la depresión, la frustración, la tristeza, el estrés, el miedo e incluso la rabia. Todo esto repercute, y con una clara relevancia, en la vida diaria sexual de hombres y mujeres y, por extensión, acaban marcando por completo el estado de la sexualidad en una pareja.

Por eso, los especialistas recomiendan aprender a controlar el estrés, dejar de sentir que el sexo es algo obligatorio y, sobre todo, reforzar la confianza en la pareja. Así se construye el clima emocional perfecto para que el deseo sexual vuelva a su cauce adecuado. Aunque cada persona tenga uno distinto.

Las estaciones del año

Si has oído alguna vez eso de que “la primavera, la sangre altera”, es cierto. Todo cambio ambiental influye en la vida sexual y erótica de las personas. En el caso de la estación primaveral, favorece la producción de las hormonas relacionadas con la atracción sexual, aumentando las ganas de disfrutar de relaciones íntimas.

Más allá de eso, las estaciones cálidas suelen fomentar el deseo, mientras que las frías suele descender el interés sexual. La luz solar y la temperatura han demostrado afectar al hipotálamo, que se encarga de segregar las hormonas que influyen en nuestras emociones, nuestro estado mental, físico y sexual.

Como has podido comprobar, el deseo sexual en las personas no es un estado estable. Al contrario, éste experimenta una variación que se condiciona por factores externos y por el transcurso natural de la vida.

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