¿Sanidad pública y privada? Muchos padres se quejan de no poder asistir a las ecografías en centros públicos

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20/11/2021 - 12:30
Sala de ecografía de embarazo en la semana 12.

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La verdad es que me costaba mucho empezar este texto sin volcar ninguna opinión y lo cierto es que resulta bastante vergonzoso que puedan llenarse estadios de fútbol o teatros y que un futuro padre no pueda entrar a la consulta del médico para acompañar a su pareja en las ecografías de su embarazo.

Los nervios y la incertidumbre que genera una ecografía no son fáciles de gestionar y más cuando a las embarazadas les dicen que el crecimiento del feto o del embrión es lento, o que pesa poco. Se ponen nerviosas y no tener acompañante hace que se sientan peor. No quiero ni pensar en aquellas embarazadas que sufren un aborto y tiene que recibir la noticia ellas solas para después contárselo a su pareja que espera fuera.

Y es que, el protocolo anticovid impidió a las mujeres embarazadas estar acompañadas durante estas ecografías de la Seguridad Social y todavía hay muchos centros que siguen sin permitirlo. 

Las empresas de ecografías privadas han notado un ligero aumento de clientes

La mayoría de quienes acuden a ecografías privadas lo hacen ante la imposibilidad de compartir el momento en las citas de la Seguridad Social.

La nueva situación ya no obliga a los hospitales a restringir la entrada de las parejas a las ecografías. Ahora son los propios centros los que deciden si ha llegado el momento o no de abrir la puerta a la pareja... y todavía son muchos los que siguen cerrándola.

En mi caso, estoy llevando el embarazo exclusivamente a través de la sanidad pública pero ya he recurrido a una consulta privada para realizar una ecografía a las 6 semanas (porque no descansaba tranquila sin que un profesional confirmase lo que sucedía por ahí dentro) y volveré a otra diferente para realizar la pijada de la ecografía 5D.

La cuestión es que mi pareja tiene que preguntar si puede pasar a la consulta en cada visita. Lo curioso es que quitando el mal rato en el que algunas veces te dejan pasar y otras no, nada en el trato que recibo en la Seguridad Social me ha hecho desconfiar de los profesionales que me atienden o dudar de si ir a una clínica privada o de las pruebas que me obligan a realizar ni del tratamiento de vitaminas que sigo. Sin embargo, cuando veo por qué otras embarazadas acuden a médicos privados me reconozco en el motivo de la ausencia de acompañante. Esta decisión unánime entre las ginecólogas y ginecólogos, respaldada por la dirección de muchos hospitales ante el "riesgo doble", aducen, de contagio por la COVID-19 con la presencia del padre. Pero solo son 3 ecografías programadas y no tiene ningún sentido puesto que la gestante y su pareja conviven y por lo tanto si una tiene el coronavirus, el otro también.

La prohibición de entrada de acompañante supone para las embarazadas una importante alteración de su estado anímico.

ElDiario.es cuanta la experiencia de Laura cuando le dijeron en un primer momento que el hijo que esperaba podría tener malformaciones. "Después de ir a la primera consulta, me llamaron para repetirla y me dijeron que tenía un riesgo intermedio de tener un hijo con síndrome de Down", recuerda ahora. "Me levanté nerviosa de la camilla, estaba bloqueada y lo poco que capté es que me explicaron que me iban a llamar para los siguientes pasos; salí de la consulta hecha un flan y no era capaz de decirle a mi pareja lo que me habían dicho", añade.

En su caso, al final tuvo suerte y le dijeron que era una "falsa alarma". Pero aun así, esta joven de 29 años, que espera a su segundo hijo varón, quiere remarcar: "Enfrentarte a este tipo de cosas sola es muy duro". "Me parece muy injusto e insensible sumar a la incertidumbre del coronavirus, y a nuestra situación de personas en riesgo, el hecho de que no dejen entrar a nuestras parejas con las que convivimos cada día y son nuestro apoyo durante este proceso tan delicado", dice otra usuaria que prefiere no desvelar su nombre. "Nos hace sentir más inseguras e indefensas, pues tomando las medidas de seguridad no debería de haber ningún problema, pero para eso tiene que haber voluntad", asume esta chica, que tendrá próximamente su primera consulta.

Ecografías NO, resto de consultas SÍ

Sin palabras me quedé cuando hace unos días acompañé a mi madre a la consulta de Traumatología y a enfermería a curar y quitarse unos puntos en el mismo hospital donde llevan el seguimiento de mi embarazo. Si en las ecografías no se permite la entrada de acompañantes para evitar una carga vírica que ponga en riesgo al doctor, ¿por qué el acompañante de un paciente que acude a otras consultas diferentes sí que puede pasar a la cita?

Si la excusa es que las salas de las ecografías son pequeñas, habrá que adaptarlas. Aún así, no parecen muy diferentes a simple vista.

Fuentes señalan que "el tiempo de exposición" es "elevado" en comparación con otras consultas médicas, como era el caso de Traumatología. Un argumento que sí que se enmarcaría en la segunda ecografía, la de las 20 semanas, que suele sobrepasar la media hora y puede llegar hasta la hora de duración, pero no en el de la primera consulta, la de las 12 semanas, cuya ecografía no suele rebasar los diez minutos.

La Ley General de Sanidad señala que cualquier paciente tiene derecho a estar acompañado durante el acto médico. Pero está supeditado a que el facultativo pueda preservar la seguridad de ambos. La posición de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) es permitir en la medida que se pueda el acompañamiento en todo el proceso del embarazo.

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