Lectura fácil
Investigadoras de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) han recurrido a una fuente inesperada para estudiar una de las plantas invasoras más extendidas del mundo: las fotografías publicadas en redes sociales y plataformas digitales. En total, analizaron más de 1.700 imágenes obtenidas de Instagram, Google Maps e iNaturalist, con el objetivo de comprender cómo se está expandiendo la especie Carpobrotus, conocida popularmente como uña de gato o higo del Cabo.
Uña de gato, una invasora global de origen sudafricano
Originaria de Sudáfrica, esta planta perenne y suculenta, de flores amarillas o púrpuras, se ha convertido en una amenaza ecológica para los ecosistemas costeros de diversas regiones del planeta. Su capacidad de adaptación le ha permitido colonizar paisajes litorales desde California hasta Portugal, pasando por Galicia y las costas mediterráneas.
El reciente estudio, publicado en la revista científica Ecological Solutions and Evidence, explica que el éxito de la uña de gato se debe, en parte, a que su periodo de floración es más prolongado que el de las especies nativas. Esta característica le proporciona una ventaja reproductiva significativa, favoreciendo su expansión a lo largo de diferentes climas y continentes. El trabajo forma parte de una investigación internacional en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La autora principal del estudio, Susan Canavan, investigadora de la Universidad de Galway (Irlanda), explicó que el equipo descubrió el valor inesperado de las imágenes publicadas en internet
Gracias a estas publicaciones, el equipo científico pudo identificar y localizar numerosos focos de expansión de la planta. Sin embargo, las investigadoras también detectaron un sesgo evidente en los datos: las zonas más fotografiadas eran las más turísticas, mientras que las áreas remotas o poco visitadas apenas aparecían representadas.
Seis países y un mismo patrón de invasión
Para comprender mejor el fenómeno, el equipo analizó fotografías de uña de gato procedentes de seis países: Argentina, España, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Portugal y Sudáfrica. Los resultados confirmaron que las regiones turísticas costeras son las que más registros de uña de gato aportan, lo que coincide con la distribución observada en estudios previos de campo.
Gervazoni subraya que el trabajo demuestra la utilidad de los datos generados por la ciudadanía para la investigación científica. Aunque las redes sociales no ofrecen una muestra uniforme del territorio, sí permiten rastrear tendencias globales y observar cambios en el comportamiento de especies invasoras con un nivel de detalle antes inalcanzable.
El estudio también reveló que el entorno local influye más que la genética en el momento de floración de estas plantas. En cada región invadida, las Carpobrotus ajustan su ciclo de floración al inicio de la primavera del lugar, lo que les permite sincronizarse con las condiciones ambientales locales.
En su país de origen, Sudáfrica, las plantas muestran un pico de floración concentrado en un periodo concreto, pero en las zonas invadidas esta fase se prolonga mucho más en el tiempo. Esta prolongación favorece la producción de un número mayor de semillas, lo que incrementa sus posibilidades de dispersión y éxito reproductivo.
Ciencia ciudadana para la gestión ambiental
Más allá de su valor científico, el trabajo aporta una herramienta práctica para la gestión ambiental. Los datos obtenidos a través de las redes sociales pueden ayudar a planificar estrategias de control más eficaces, anticipando los momentos en que las plantas de uña de gato son más susceptibles de ser eliminadas o controladas.
El CSIC destaca que esta investigación demuestra el potencial de la ciencia ciudadana y el papel fundamental que pueden desempeñar las personas usuarias de plataformas digitales en la monitorización de especies invasoras.
La investigación liderada por la EEZA-CSIC con la planta uña de gato, muestra cómo la tecnología y la participación social pueden unirse para abordar uno de los grandes desafíos ecológicos actuales: el avance de las especies invasoras. Lo que antes era una simple fotografía de vacaciones se ha convertido, gracias al análisis científico, en una herramienta valiosa para proteger la biodiversidad costera mundial.
Añadir nuevo comentario