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El Real Jardín Botánico (RJB), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha finalizado un importante estudio botánico que da un paso más en la lucha contra el calentamiento urbano en el sur de España. Tras varios meses de trabajo, un equipo de expertos ha identificado y catalogado 178 especies vegetales que serán incluidas en el proyecto Paulia, una iniciativa enfocada en reducir el efecto de las islas de calor en las ciudades de climas cálidos con vegetación urbana, como Canarias y Andalucía.
El proyecto Paulia: vegetación urbana al servicio del clima
Esta iniciativa está liderada por el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), y tiene como objetivo central encontrar soluciones sostenibles que permitan mitigar el aumento de temperatura en áreas densamente urbanizadas. El proyecto apuesta por la naturaleza como aliada clave contra el cambio climático, promoviendo el uso estratégico de vegetación urbana que puedan ayudar a regular la temperatura superficial del entorno.
El fenómeno de las islas de calor urbanas se refiere al incremento de temperatura en las ciudades en comparación con las zonas rurales circundantes, provocado por la acumulación de superficies asfaltadas, escasa vegetación urbana y alta densidad edificatoria. Frente a este desafío, Paulia plantea una respuesta basada en criterios científicos: seleccionar especies vegetales que, además de embellecer el paisaje urbano, actúen como agentes de regulación térmica.
Un catálogo basado en ciencia y adaptación local
El equipo del Real Jardín Botánico examinó minuciosamente más de 300 especies antes de seleccionar las 178 que conforman el listado final para vegetación urbana. En el proceso se priorizaron plantas autóctonas o naturalizadas que ya se emplean en jardinería local y que cuentan con atributos ornamentales. La elección no fue solo estética: también se consideraron aspectos como la tolerancia a la sequía, la baja necesidad de mantenimiento y la viabilidad de su reproducción en viveros de la región.
Estas características no son menores, ya que aseguran que la vegetación urbana seleccionada no solo sobreviva, sino que prospere en condiciones de alta insolación y escasez de agua, propias del sur peninsular y los archipiélagos.
Riesgos ecológicos y soluciones sostenibles
Uno de los aspectos destacados del proyecto es su enfoque preventivo. La investigadora del RJB-CSIC Laura Santamaría subrayó la importancia de evitar el uso de especies exóticas con potencial invasor, que podrían poner en riesgo los ecosistemas locales al desplazar a las especies nativas. Esta consideración ecológica es esencial en un contexto de creciente sensibilidad por la biodiversidad y el equilibrio de los hábitats naturales.
Para reforzar la calidad y aplicabilidad del estudio de vegetación urbana, el trabajo se llevó a cabo en colaboración con el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc-CSIC) y contó con el apoyo de los servicios municipales de Granadilla de Abona, en la isla de Tenerife. Esta cooperación interinstitucional ha sido clave para integrar los conocimientos botánicos con las necesidades reales de las ciudades y sus gestores.
Un modelo replicable para ciudades del futuro
El catálogo de especies para vegetación urbana elaborado por el RJB-CSIC no solo tiene aplicación en las ciudades canarias y andaluzas, sino que también podría convertirse en una herramienta de referencia para otros núcleos urbanos en regiones cálidas del mundo. Esta base científica podría facilitar el diseño de políticas urbanas más verdes, eficientes y resilientes frente a los efectos del cambio climático.
En definitiva, el proyecto Paulia demuestra cómo la ciencia aplicada y el conocimiento de la flora local pueden generar soluciones prácticas a problemas ambientales urgentes. Con estas 178 especies seleccionadas, se abre un nuevo camino hacia ciudades más habitables, frescas y sostenibles.
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