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Fistula obstétrica: la condena del matrimonio infantil y el embarazo temprano

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30/05/2025 - 10:19
La fístula obstétrica y su erradicación

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La fístula obstétrica es una de las complicaciones más graves derivadas de un parto obstruido. Se produce cuando la cabeza del bebé presiona los tejidos blandos del canal de parto durante un tiempo prolongado, interrumpiendo el flujo sanguíneo y provocando la muerte de esos tejidos. Como resultado, se forma una abertura anormal entre la vagina y la vejiga, el recto, o ambos, lo que conlleva una pérdida continua de orina y/o heces.

La fístula obstétrica, a menudo llamada “la enfermedad de la pobreza”, afecta a cerca de dos millones de mujeres en todo el mundo. Aunque esta afección ha sido prácticamente eliminada en muchos países gracias a la atención médica adecuada, sigue siendo un grave problema de salud en algunas regiones del mundo. Además de los importantes daños físicos, la fístula obstétrica tiene un profundo impacto social, económico y psicológico en las mujeres y niñas que la padecen.

En contextos con recursos limitados, muchas mujeres no reciben la atención médica necesaria durante el parto. Como consecuencia, no solo pierden a sus bebés, sino que también enfrentan el estigma social, el aislamiento y el rechazo por parte de sus familias y comunidades.

Erradicar la fístula obstétrica para 2030

Se estima que alrededor de dos millones de mujeres en África subsahariana, Asia, Oriente Medio, América Latina y el Caribe viven con fístula obstétrica debido a la falta de acceso a servicios de salud adecuados. Según la Organización Mundial de la Salud, entre 50.000 y 100.000 nuevos casos se registran cada año a nivel mundial.

En 2003, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y sus socios lanzaron una Campaña mundial para erradicar la fístula obstétrica, en consonancia con los objetivos internacionales para mejorar la salud materna y neonatal y con el objetivo de que sea tan poco frecuente en los países más vulnerables como en el  resto del mundo.

En 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución para acabar con ella antes de 2030. Para ello,  existen diferentes maneras de prevenir esta lesión como proporcionar un acceso oportuno a la asistencia obstétrica. Pero además,retrasar la edad del primer embarazo es fundamental y por tanto poner fin al matrimonio infantil.

Según cifras de Naciones Unidas, en todo el mundo, más de 650 millones de mujeres vivas hoy en día se casaron cuando eran niñas. Cada año, al menos 12 millones de niñas se casan antes de cumplir los 18 años. Esto supone 28 niñas cada minuto.

“Es fundamental poner fin al matrimonio infantil para proteger a las niñas, ya que son precisamente sus cuerpos inmaduros, que sin estar preparados para un parto, deben afrontar este proceso fisiológico padeciendo consecuencias terribles como una condición potencialmente mortal que provoca dolor y sufrimiento indecibles si no se trata médicamente y el estigma social y el aislamiento”, explica Eloisa Molina.

World Vision y su lucha constante

World Vision trabaja desde hace años para erradicar la fístula obstétrica en los contextos más vulnerables, apoyando a las mujeres y las niñas que padecen esta condición, así como otros problemas de salud reproductiva. La ONG facilita que las mujeres y las niñas accedan a tratamientos y transformen sus vidas mediante cirugías, reciban apoyo psicosocial y asistencia para poder recuperarse y apoyo a sus medios de vida como las Asociaciones de Ahorro y Préstamo de Aldeas (AAC), donde pueden ahorrar y obtener préstamos para gestionar pequeños negocios y generar ingresos para el sustento de sus familias.

Deeqa fue una de las mujeres que participó en uno de estos proyectos en Somalilandia. “Me recuperé de la fístula y, al volver a casa, World Vision me dio siete cabras y me ayudó con la comida. También asistí a capacitaciones sobre cómo administrar un pequeño negocio y me asesoraron sobre la importancia de la atención prenatal y posnatal durante el embarazo, que fueron muy útiles”. Deeqa explica, y añade que, gracias a los conocimientos adquiridos, “también he aprendido sobre los riesgos y efectos de la mutilación genital femenina (MGF) y mis hijas no la sufrirán”.

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