Israel frena la flotilla con ayuda a Gaza tras interceptar barcos en aguas internacionales

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02/10/2025 - 08:18
Detienen la flotilla dirección Gaza

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El ejército de Israel detuvo la flotilla Global Sumud, que intentaba llevar ayuda humanitaria a Gaza. Los barcos fueron interceptados en aguas internacionales y sus pasajeros, incluidos españoles y la activista Greta Thunberg, serán trasladados a un puerto israelí y expulsados. La operación ha generado críticas de organizaciones internacionales que denuncian violaciones al derecho marítimo.

Israel detiene la flotilla humanitaria

El miércoles, el ejército de Israel puso fin a la Global Sumud Flotilla, la misión que buscaba llevar ayuda humanitaria a Gaza. La iniciativa intentaba romper el bloqueo que mantiene Israel sobre la Franja. Entre los pasajeros se encontraba personal de EL PAÍS, además de activistas y ciudadanos de distintos países, incluidos españoles.

En menos de dos horas, las Fuerzas Armadas israelíes controlaron los tres barcos principales: Alma, con toda la dirección de la misión y la activista Greta Thunberg; Sirius, con Ada Colau a bordo; y Adara, con unas 25 personas.

Más tarde, otros tres barcos fueron interceptados en lo que la organización calificó como “agresión activa”. Barcos como Florida, Yulara, Meteque y Captain Nikos también fueron detenidos mientras navegaban por aguas internacionales.

Israel intercepta la flotilla- El País/Youtube

Operación en alta mar

Al amanecer del jueves, al menos 19 de los 42 barcos habían sido abordados por Israel. Los militares accedieron a las embarcaciones después de un mes de travesía, cuando estaban a unas 70 millas náuticas de la costa de Gaza.

La operación se realizó fuera del territorio palestino, lo que, según la organización, constituye una violación del derecho internacional.

El Ministerio de Exteriores israelí confirmó que los barcos fueron detenidos de manera segura y que los pasajeros están siendo trasladados a un puerto del país para su posterior expulsión.

El Gobierno italiano también confirmó el abordaje, y España informó de sus gestiones diplomáticas para proteger a sus ciudadanos. Además, las autoridades se coordinaron con otros países que tenían personas en la misión, como Irlanda y Turquía.

Seguridad y protocolos a bordo

La flotilla estaba compuesta por 44 barcos con 530 personas a bordo. Durante la intervención, todas las comunicaciones se interrumpieron temporalmente. Israel calificó la misión como una operación de Hamás, argumentando que los barcos se dirigían a una zona de conflicto.

Mientras tanto, los tripulantes mantuvieron la calma y siguieron los protocolos de seguridad, tirando al agua los objetos que pudieran ser usados como armas y vistiendo chalecos salvavidas para demostrar el carácter pacífico de la operación.

El primer barco interceptado fue Alma, seguido de Sirius y Adara. La tripulación permaneció en las zonas más amplias de los navíos con las manos visibles. La misión enfrentó amenazas como cañones de agua y embestidas deliberadas, pero nadie buscó confrontación directa. Se esperaba que el traslado a puerto tardara varias horas, dependiendo del barco.

Consecuencias legales

Una vez en tierra, los participantes podrían enfrentarse a distintos escenarios. Algunos serán acusados de intentar entrar ilegalmente en Israel y podrían firmar documentos de deportación inmediata. Otros podrían ser llevados a prisión si no aceptan la expulsión. La organización que coordinó la flotilla ha preparado apoyo legal y consular para los ciudadanos afectados.

Entre los detenidos se encuentran personas con historial en misiones anteriores, como la eurodiputada francesa Rima Hassan, Greta Thunberg y el líder Thiago Ávila. Estas personas podrían ser encarceladas varios días y, en casos extremos, alimentadas de manera forzosa si su vida corre peligro.

La intervención israelí ha concluido con la misión detenida, sin que lograra alcanzar la Franja de Gaza. La operación de Israel muestra la complejidad y el riesgo de estas acciones marítimas.

La flotilla que partió con fines humanitarios terminó siendo completamente controlada. Varias organizaciones internacionales denuncian que estas acciones violan la legislación marítima y los derechos de los pasajeros.

El control de la flotilla ha generado protestas y condenas en distintos países. Activistas aseguran que la ayuda a Gaza seguirá llegando por otras vías. La misión, aunque detenida, visibiliza la crisis humanitaria en la Franja y la tensión constante en la región.

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