El terreno de Fukushima sigue contaminado tras 10 años del accidente nuclear

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11/03/2021 - 10:39
Residuos nucleares en la prefectura de Fukushima

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Los esfuerzos por limpiar las áreas afectadas por el accidente en la central nuclear de Fukushima Daiichi (Japón) son limitados porque el 85 % de la Zona Especial de Descontaminación continúa contaminada.

Hoy hace 10 años desde el desastre nuclear, y el plan para desmantelar la central tiene obstáculos técnicos que lo hacen inalcanzable.

Greenpeace aporta estas dos consideraciones en varios informes, coincidiendo con el décimo aniversario del accidente nuclear, originado el 11 de marzo de 2011 tras un terremoto de magnitud 9,0 y un posterior tsunami.

Fukushima sigue siendo radioactiva

“Los sucesivos gobiernos durante los últimos 10 años, y en gran parte bajo el primer ministro Shinzo Abe, han intentado perpetrar un mito sobre el desastre nuclear. Han tratado de engañar a los japoneses al tergiversar la eficacia del programa de descontaminación y ignorando los riesgos radiológicos, apuntó Shaun Burnie, especialista nuclear senior en Greenpeace Asia del Este.

Burnie añadió que, “al mismo tiempo, continúan afirmando que el sitio se puede devolver a estado de cambio abierto para mediados de siglo. La década del engaño por parte de los gobiernos y Tepco deben terminar. Un nuevo plan de desmantelamiento es inevitable, entonces, ¿por qué desperdiciar más tiempo con la fantasía actual?”.

El primer equipo de expertos en radiación de Greenpeace llegó a la prefectura de Fukushima el 26 de marzo de 2011. Desde entonces, ha realizado 32 investigaciones sobre las consecuencias radiológicas del desastre en la última década, la más reciente en noviembre de 2020.

El primer informe de Greenpeace se conoce como ‘Fukushima Daiichi 2011-2021: el mito de la descontaminación y una década de violaciones de derechos humanos’.

Este análisis muestra que el 85 % de los 840 kilómetros cuadrados de la Zona Especial de Descontaminación continúa contaminado con cesio radiactivo.

Además, no hay un periodo de tiempo para que se logre en muchas áreas el objetivo de descontaminación a largo plazo del Gobierno japonés de 0,23 microsieverts por hora.

Y Greenpeace apunta que los ciudadanos serán sometidos durante décadas a una exposición a radiación superior al máximo recomendado de 1 mSv/año.

Los niveles de radiación en las zonas de alrededor se sitúan por encima de los límites seguros

La población se expone a riesgo de cáncer, y Greenpeace afirma que las órdenes de evacuación son inaceptables desde un punto de vista de salud pública.

Hasta 2018, decenas de miles de trabajadores habían realizado labores en la Zona Especial de Descontaminación. Según Greenpeace, la mayoría eran subcontratistas mal pagados y estuvieron expuestos a riesgos injustificados de radiación.

El segundo informe, titulado ‘Desmantelamiento de la central nuclear de Fukushima Daiichi: del Plan A al Plan B ahora, del Plan B al Plan C’, asegura que el plan para desmantelar las instalaciones y devolver el sitio a campo abierto dentro de 30 o 40 años es inalcanzable.

De hecho, Greenpeace apunta que no hay “planes creíbles” para la recuperación de los cientos de toneladas de desechos de combustible nuclear que permanecen dentro y debajo de los tres recipientes de presión del reactor.

El agua radiactiva, un problema que hay que cortar de raíz

El informe indica que el agua utilizada en la refrigeración del reactor y la contaminación de las aguas subterráneas y, por lo tanto, acumulada en tanques, seguirá creciendo en el futuro salvo que se adopte un nuevo enfoque.

Greenpeace indica que “si se recupera combustible nuclear de los escombros, también deben permanecer en el sitio. Fukushima Daiichi ya está y debe seguir siendo un lugar de almacenamiento de desechos nucleares a largo plazo”.

Asimismo replantea el enfoque y un nuevo plan, debido a la eliminación del combustible fundido de 50 a 100 años o más con la construcción de edificios de contención segura a largo plazo.

Para evitar un aumento del agua contaminada radiactiva en Fukushima, Greenpeace dice que el enfriamiento del combustible nuclear debe ser por aire, y que el lugar se convierta en "una isla seca", aislada del agua subterránea por un foso profundo.

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