
Lectura fácil
El primer día del cónclave en el Vaticano concluyó este miércoles sin que los 133 cardenales reunidos lograran alcanzar el consenso necesario para elegir al nuevo Papa. La fumata negra que emergió alrededor de las nueve de la noche desde la chimenea de la Capilla Sixtina confirmó que ninguno de los candidatos obtuvo los 89 votos requeridos equivalente a dos tercios del total para convertirse en el próximo líder de la Iglesia Católica.
Esta primera votación, considerada generalmente una prueba inicial de preferencias, dará paso este jueves a un máximo de cuatro rondas más en las que los cardenales volverán a deliberar en busca de un acuerdo. La elección quedará sellada cuando el característico humo blanco anuncie que ya hay un nuevo pontífice, quien será el número 267 en la historia de la Iglesia y sucederá al argentino Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
La elección del nuevo Papa
Una vez confirmada la elección, el nuevo Papa se asomará al balcón central de la Basílica de San Pedro para ser presentado al mundo con la tradicional fórmula en latín “Habemus Papam”. Posteriormente, ofrecerá su primera bendición urbi et orbi, dirigida “a la ciudad y al mundo”.
Cabe recordar que Francisco fue elegido el 13 de marzo de 2013, en la quinta votación del cónclave convocado tras la renuncia de Benedicto XVI, el Papa alemán Joseph Ratzinger, quien había sido elegido en el cuarto escrutinio. Su antecesor, Juan Pablo II, fue designado en la octava votación, durante el tercer día de deliberaciones.
Inicia el cónclave de cardenales
Este miércoles por la mañana dio inicio el cónclave de cardenales, en el que participan únicamente aquellos menores de 80 años, con el objetivo de elegir al nuevo Papa. La jornada comenzó con la misa pro eligendo pontifice, durante la cual el cardenal decano, Giovanni Battista Re, hizo un llamado a la "unidad" y a la "comunión" en estos tiempos "difíciles" tanto para la Iglesia como para el mundo. Más tarde, hacia las 16:25 horas y con un leve retraso respecto al horario previsto, los cardenales electores se dirigieron a la Capilla Sixtina para prestar juramento y llevar a cabo la primera votación.
Uno a uno, los cardenales pasaron al frente para recitar en latín la fórmula del juramento, lo que permitió vislumbrar la variedad de sus orígenes, edades y acentos. Mientras ellos se ocupaban del proceso en el interior, miles de personas se congregaban en la plaza de San Pedro, acompañadas por el sonido de las gaviotas y el sobrevuelo de un helicóptero. La espera se prolongó desde poco antes de las 19:00 hasta ya entrada la noche, cuando finalmente emergió el humo negro desde una pequeña chimenea de cobre instalada sobre la Capilla Sixtina.
Retraso y bromas en la plaza durante la espera del humo
El retraso dio pie a bromas entre algunos asistentes, quienes sugerían en tono humorístico que los cardenales ya habían alcanzado un acuerdo. Otros se entretenían aplaudiendo como si estuvieran en un evento deportivo. Una mujer italiana, de la mano de su esposo y situada cerca de un agente con arma antidrones, comentó: “Bello”, a pesar de que el humo era negro y no blanco. La imagen de la chimenea, proyectada en varias pantallas gigantes colocadas en la plaza, permitió a los presentes seguir el momento con gran detalle.
Entre la multitud, unas 45.000 personas llenaban la plaza rodeada por la columnata del Vaticano, formando una suerte de "torre de Babel". Había voluntarios de la Cruz Roja italiana, sacerdotes, religiosas, turistas, peregrinos y miles de periodistas llegados a Roma con la misión de informar en tiempo real sobre la elección del nuevo Papa, el futuro líder espiritual de la Iglesia. En medio de ellos, también estaban las personas sin hogar que intentaban encontrar un espacio mientras todos los ojos se dirigían a la emblemática chimenea.
Añadir nuevo comentario