
Lectura fácil
La UPV ha desarrollado unas gafas de realidad virtual para ayudar a niños afectados por la DANA. Permiten trabajar traumas y emociones en un entorno seguro, facilitando el diagnóstico y tratamiento psicológico.
Gafas de realidad virtual para sanear emociones
El laboratorio Lableni, de la Universitat Politècnica de València (UPV), ha desarrollado unas innovadoras gafas de realidad virtual pensadas para ayudar en el tratamiento psicológico de niños que han vivido situaciones traumáticas. Esta herramienta se enfoca especialmente en menores afectados por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ocurrida el pasado 29 de octubre, que provocó daños y vivencias difíciles en muchas zonas del país.
Según Mariano Alcañiz, director del Laboratorio de Neurotecnologías Inmersivas (Lableni), se está trabajando activamente para analizar cómo afectó esta tragedia a los niños. Muchos presentan síntomas relacionados con el estrés postraumático, lo que puede derivar en problemas más serios en el futuro, como ansiedad crónica o depresión. Por eso, contar con nuevas formas de apoyo terapéutico se ha vuelto una necesidad urgente.
Una experiencia inmersiva para tratar el trauma
Estas gafas permiten recrear entornos virtuales donde los menores pueden revivir situaciones similares a las que experimentaron, pero de manera controlada y segura. Esta exposición gradual al estrés permite a los terapeutas observar sus reacciones y ayudarles a gestionar mejor sus emociones.
Además, los niños pueden interactuar con personajes virtuales a través de las gafas que simulan conversaciones reales. Estos “humanos digitales” siguen guiones diseñados por psicólogos, lo que permite adaptar el entorno a las necesidades de cada paciente. De esta forma, el tratamiento se vuelve más personalizado y eficaz.
Gracias a estas experiencias inmersivas, los profesionales de la salud mental pueden analizar con más detalle el comportamiento emocional de cada niño. Se observa cómo reacciona ante diferentes situaciones y cómo se expresa. Esta información es clave para ajustar el tratamiento a cada caso específico.
Elena Parra, coordinadora científica del laboratorio, destaca que los niños tienen una gran capacidad de recuperación emocional. “Les cuesta mantener emociones negativas durante mucho tiempo, y si añadimos elementos de juego, la carga emocional disminuye”, explica. Por eso, estas gafas también incluyen dinámicas lúdicas que ayudan a suavizar los recuerdos difíciles.
Más allá del trauma: tratar fobias y miedos
Las aplicaciones de esta tecnología no se limitan a eventos traumáticos. También se está utilizando para tratar fobias comunes en niños y adolescentes, como el miedo a las alturas, a volar o a ciertos animales. Por ejemplo, si un menor tiene miedo a las arañas, puede enfrentarse a esa situación poco a poco en un entorno virtual controlado. Esto permite que la exposición sea gradual y menos amenazante, lo que ayuda a superar el miedo de forma más natural.
Estas gafas no pretenden reemplazar a los psicólogos ni a los terapeutas. Su objetivo es complementar el trabajo de los profesionales y permitir que más niños puedan acceder a una atención adecuada.
Con recursos limitados y una demanda creciente de apoyo psicológico, herramientas como esta permiten ampliar la capacidad de respuesta del sistema de salud mental.
Añadir nuevo comentario