Hidrocele en bebés y adultos: síntomas, causas, tratamiento y posibles complicaciones

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09/05/2025 - 07:42
Descubriendo el hidrocele

Lectura fácil

El hidrocele es una inflamación del escroto causada por la acumulación de líquido alrededor de uno o ambos testículos. Es más frecuente en el testículo derecho y suele observarse desde el nacimiento. Esta acumulación se produce por un desarrollo incompleto durante la gestación, cuando los testículos descienden desde el abdomen hacia el escroto. Durante este proceso, cada testículo arrastra un pequeño saco lleno de líquido que, normalmente, se cierra y reabsorbe de forma natural. Sin embargo, si el saco permanece abierto o el líquido no se reabsorbe, se produce la inflamación.

Existen dos tipos principales:

  • Hidrocele no comunicante: el saco se cierra pero el líquido queda atrapado y no se reabsorbe de inmediato.
  • Hidrocele comunicante: el saco permanece abierto, permitiendo que el líquido fluya desde el abdomen hacia el escroto, lo cual puede estar relacionado con una hernia inguinal, una complicación más seria.

Síntomas y signos visibles del hidrocele

El síntoma más evidente del hidrocele es una hinchazón del escroto. En los bebés, esta hinchazón no suele ir acompañada de dolor, fiebre ni molestias, y generalmente se resuelve de manera espontánea antes del primer año de vida. Aun así, cualquier señal de inflamación escrotal debe ser evaluada por un pediatra para confirmar el diagnóstico y descartar otras condiciones más graves, como una hernia o una torsión testicular.

En el caso de los adultos, el hidrocele puede surgir a raíz de una lesión, infección o inflamación del escroto. En estos casos, los hombres pueden experimentar una sensación de pesadez en el escroto que tiende a aumentar a lo largo del día. Aunque por lo general tampoco es doloroso, puede volverse molesto si no se trata.

Complicaciones que podrían presentarse

Aunque los hidroceles suelen ser benignos y autolimitados, existen ciertos escenarios donde se pueden complicar. Una de las principales complicaciones es la hernia inguinal, en la que una parte del intestino atraviesa un punto débil en la pared abdominal y llega hasta el escroto. Esta situación puede generar dolor y requiere cirugía para evitar mayores riesgos, como la obstrucción intestinal.

Otra complicación, menos común pero más grave, es la torsión testicular. Esta se produce cuando el testículo gira sobre sí mismo, bloqueando el flujo sanguíneo. La torsión testicular se manifiesta con un dolor intenso y repentino en el escroto y requiere atención médica inmediata para evitar la pérdida del testículo.

¿Cuál es el tratamiento adecuado?

En la mayoría de los casos infantiles, el hidrocele desaparece por sí solo en los primeros meses de vida, por lo que lo más habitual es realizar un seguimiento médico sin necesidad de intervención. Sin embargo, si persiste más allá del primer año o si está asociado con una hernia, se recomienda realizar una intervención quirúrgica.

El procedimiento más común es la hidrocelectomía, que consiste en la extirpación del revestimiento del saco escrotal para evitar la acumulación de líquido. También existe la opción del drenaje con aguja, aunque esta alternativa tiene una mayor probabilidad de recaída. La cirugía, aunque sencilla y generalmente segura, conlleva algunos riesgos como infecciones, formación de coágulos e, incluso en casos extremadamente raros, la pérdida del testículo.

Seguimiento médico siempre

El hidrocele es una afección frecuente en la infancia, especialmente en recién nacidos, que en la mayoría de los casos no causa dolor ni secuelas a largo plazo. Sin embargo, no debe tomarse a la ligera: su identificación y seguimiento médico son esenciales para descartar complicaciones graves como hernias inguinales o torsiones testiculares.

En adultos, también requiere atención cuando genera molestias o cuando está vinculado a otras enfermedades. Por ello, ante cualquier signo de inflamación en el escroto, es fundamental acudir al médico para un diagnóstico preciso y un tratamiento oportuno.

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