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Egipto ha marcado un hito en la historia cultural global con la inauguración oficial de su proyecto más ambicioso del siglo XXI, el Gran Museo Egipcio (GEM), el sábado 1 de noviembre. A los pies de las milenarias pirámides de Guiza, la ceremonia se transformó en un espectáculo deslumbrante que fusionó el esplendor ancestral con la modernidad, con un impresionante despliegue de drones, luces y fuegos artificiales. Este coloso cultural, con una inversión superior a los 1.000 millones de dólares, abre una nueva era para la arqueología y el turismo del país.
El Gran Museo Egipcio: Un Faro de Estabilidad y Futuro
Tras dos décadas de construcción y la colaboración de 80 delegaciones internacionales, la apertura del museo fue elogiada por el primer ministro Mostafa Madbuli como “un sueño hecho realidad y una declaración de confianza en el futuro”. Unas treinta personalidades de la política y la cultura, incluyendo al rey Felipe VI de España y la vicepresidenta Yolanda Díaz, atestiguaron la magnitud del evento. El complejo, que abarca medio millón de metros cuadrados, ha sido concebido por el estudio irlandés Heneghan Peng Architects y construido principalmente en piedra y vidrio, contando con financiación y asesoramiento técnico de Japón.
El diseño del Gran Museo Egipcio está intrínsecamente ligado a su entorno histórico, actuando como una metáfora solar: los rayos que emanan de las tres pirámides convergen en el edificio, simbolizando un puente entre el pasado glorioso de la civilización egipcia y su presente. Es una apuesta clara del gobierno egipcio para revitalizar el sector turístico y proyectar una imagen de estabilidad y modernidad tras años de inestabilidad política y económica.
Tutankamón, por primera vez al completo
Una de las grandes atracciones del complejo es la galería completa dedicada al rey Tutankamón. Por primera vez desde que el arqueólogo británico Howard Carter descubrió su tumba en el Valle de los Reyes en 1922, los 5.000 objetos de su valiosa colección se exhiben juntos en un solo lugar dentro del Gran Museo Egipcio. Este joven faraón, el monarca más célebre del Antiguo Egipto, ocupa un lugar central, con su sarcófago de oro y la icónica máscara funeraria incrustada de lapislázuli como piezas preferentes.
El Gran Museo Egipcio no solo presenta la historia con su valiosa colección de siglos de cultura egipcia, sino que también abraza la innovación. Dentro de sus muros, la tecnología convive con la tradición, ofreciendo a los visitantes salas inmersivas, exposiciones en realidad virtual y la oportunidad de ver en vivo la restauración de una barca solar de 4.500 años.
Un impulso crucial para el turismo
Las autoridades egipcias tienen grandes expectativas con esta inauguración. Se espera que el nuevo y colosal museo sea el motor de la reactivación del sector turístico, que se ha visto paralizado por la inestabilidad interna, la pandemia y los conflictos regionales durante más de una década. Se estima que el Gran Museo Egipcio por sí solo podría atraer hasta 7 millones de visitantes adicionales al año.
Esta afluencia contribuiría significativamente a la meta del país de elevar el número total de visitantes a unos 30 millones para el año 2030, consolidando el papel del Gran Museo Egipcio como un pilar económico y cultural de primer orden a nivel mundial.
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