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La ciencia y la arqueología han dado un paso de gigante con la secuenciación del primer genoma completo procedente del Antiguo Egipto. Un grupo de investigadores internacionales, tras años de trabajo con muestras extremadamente delicadas de momias, ha logrado descifrar la información genética más completa jamás obtenida de esta civilización milenaria. Este resultado, publicado recientemente en revistas especializadas, permite conocer aspectos fascinantes de la población egipcia de la época faraónica.
Investigadores del Instituto Francis Crick y la Universidad John Moores de Liverpool (Reino Unido) extrajeron y secuenciaron el ADN egipcio más antiguo hasta la fecha de un hombre que vivió hace unos 4.500 a 4.800 años, la edad de las primeras pirámides, en un estudio publicado en la revista ‘Nature’.
La obtención de ADN en buen estado a partir de momias es un reto técnico enorme debido a las condiciones de calor extremo, humedad y procesos de momificación que suelen degradar el material genético. Sin embargo, gracias a técnicas avanzadas de secuenciación de última generación, los científicos han podido rescatar fragmentos de ADN suficientes para reconstruir el genoma completo de varios individuos momificados. Este logro supone un antes y un después en la arqueogenética egipcia.
Cuarenta años después de los intentos pioneros del ganador del Premio Nobel Svante Pääbo de extraer ADN antiguo de individuos del antiguo Egipto, las mejoras en la tecnología han allanado el camino para el gran avance de hoy, que también es el primer genoma completo (el conjunto completo de ADN de un individuo) del antiguo Egipto.
Durante este período de la historia del antiguo Egipto, la evidencia arqueológica ha sugerido que existían conexiones comerciales y culturales con la Media Luna Fértil, un área de Asia occidental que abarca los actuales Irak, Irán y Jordania, entre otros países.
Los investigadores creían que se intercambiaban objetos e imágenes, como sistemas de escritura o cerámica, pero la evidencia genética ha sido limitada debido a que las temperaturas cálidas impiden la preservación del ADN.
Lo que revela el genoma de las momias egipcias
Los análisis genéticos realizados muestran que la población del Antiguo Egipto estaba genéticamente más cercana a las poblaciones del Levante (actual Siria, Líbano o Palestina) y de Anatolia (Turquía) que a la población egipcia actual. Esto se explica por los intercambios culturales, migraciones y conquistas que sucedieron a lo largo de los siglos en el valle del Nilo, especialmente en periodos como el Imperio Nuevo o la dominación grecorromana.
Además, los investigadores han identificado rasgos genéticos relacionados con el color de piel, el cabello y posibles enfermedades que afectaron a los egipcios de la antigüedad. Estos resultados ayudan a desmitificar estereotipos y a entender la diversidad real de la civilización faraónica, que durante siglos mantuvo contactos con múltiples pueblos y culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo.
La reconstrucción del genoma abre, asimismo, la posibilidad de estudiar con mayor precisión las enfermedades que afectaban a los antiguos egipcios, sus resistencias genéticas y su dieta, aportando pistas muy valiosas sobre su modo de vida.
Implicaciones para la ciencia y futuras investigaciones
Este logro marca el inicio de una nueva etapa en la investigación del pasado egipcio. Gracias al genoma completo, se podrán responder preguntas que hasta ahora eran imposibles: por ejemplo, el origen de las élites faraónicas, las migraciones internas, o la relación entre la población de Egipto y otras civilizaciones antiguas.
Los expertos también destacan que la secuenciación genética podría arrojar luz sobre posibles vínculos familiares entre momias de diferentes tumbas, ayudando a reconstruir linajes reales y conexiones genealógicas.
A medio plazo, se prevé ampliar el análisis a más momias y regiones, para tener una imagen más completa de la genética egipcia a lo largo de distintas dinastías. Sin duda, este hito científico abre un nuevo horizonte para combinar historia, arqueología y biología en el estudio del Antiguo Egipto.
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