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En pleno agravamiento de la crisis climática, los jets privados siguen volando alto sin casi ninguna regulación que controle sus emisiones contaminantes. Este medio de transporte, uno de los más energéticamente derrochadores y contaminantes por pasajero, está excluido de las legislaciones que buscan frenar el calentamiento global, mientras que su uso y las emisiones que generan no paran de crecer, especialmente en Estados Unidos y Europa.
Jets privados: Una fuente de emisiones sin regulación
Los jets privados, símbolo de estatus y exclusividad, son también una de las formas más contaminantes de transporte. A pesar de ello, siguen exentos de regulaciones estrictas en la Unión Europea y no están incluidos en las legislaciones que buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Por pasajero y por kilómetro recorrido, este medio de transporte genera más emisiones que cualquier otro. Además, consume cantidades desproporcionadas de energía y acentúa las desigualdades en el acceso al transporte aéreo.
En medio de una emergencia climática cada vez más grave —marcada por inviernos inusualmente cálidos y sequías cada vez más frecuentes en Europa— el uso de jets privados no ha disminuido. Por el contrario, su uso ha aumentado. En 2023, estos aviones fueron responsables de 19,5 millones de toneladas de emisiones contaminantes, lo que representa un incremento del 25 % respecto a hace diez años.
Esto equivale a todas las emisiones generadas por los vuelos que despegaron de Heathrow, uno de los aeropuertos más transitados del mundo, durante todo ese mismo año.
Estados Unidos, el epicentro de la polución aérea privada
Dos de cada tres vuelos privados registrados en 2023 despegaron de aeropuertos en Estados Unidos. Solo este país generó más de la mitad de todas las emisiones provocadas por jets privados a nivel global. De los 20 aeropuertos más contaminantes por este tipo de vuelos, 18 están en territorio estadounidense. Los únicos en Europa que figuran en esta lista son los aeropuertos de Paris-Le Bourget y Niza-Costa Azul.
Aunque Estados Unidos lidera en volumen en cuanto a los jets privados, Europa no se queda atrás. La UE fue responsable del 12 % de las emisiones globales provenientes de vuelos privados. Dentro del continente, Francia encabeza la lista (con un 25 % del total europeo), seguida por Italia, España y Alemania. Esta distribución refleja tanto la concentración de riqueza como la frecuencia de uso de este tipo de transporte en el viejo continente.
Propuestas de cambio: impuestos y responsabilidades
El Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), que elaboró el informe sobre estas emisiones, propone medidas concretas. Una de ellas es establecer un impuesto internacional de 1,59 dólares por galón de combustible usado en jets privados. Esto podría generar una recaudación anual de hasta 3.000 millones de dólares, que podrían invertirse en iniciativas para descarbonizar el sector aéreo.
En un mundo cada vez más marcado por la desigualdad, la falta de regulación sobre estos vuelos de lujo empieza a levantar críticas. “Es razonable que quienes más contaminan y tienen más recursos contribuyan también más a las soluciones”, señaló el director de investigación del ICCT. Mientras tanto, la urgencia de actuar frente al cambio climático no deja de crecer.
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