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En el contexto actual, donde la sostenibilidad y el bienestar colectivo ganan terreno en el debate público, el papel del liderazgo empresarial adquiere una relevancia creciente. Un estudio reciente refleja que el 67,1 % de la ciudadanía confía en que las empresas, si adoptan un liderazgo transformador, pueden ser motor de cambio hacia un sistema más justo para las personas y el planeta. Sin embargo, aún no está ampliamente extendido.
Un nuevo liderazgo para un nuevo sistema
Aunque existe una clara demanda social de un liderazgo más humano, basado en la empatía, la sostenibilidad y la adaptabilidad, la realidad empresarial está aún lejos de ese ideal. Solo el 12,5 % de los trabajadores reconoce ese tipo de liderazgo en su entorno, y más de la mitad de las personas no lo perciben en sus propios espacios laborales. Es evidente que el compromiso empresarial con un liderazgo consciente todavía no se materializa de forma consistente.
La ciudadanía continúa exigiendo acciones firmes contra la corrupción y la evasión fiscal, pero también se observa un cambio importante en las prioridades. Por primera vez, el bienestar físico y mental entra entre las tres principales preocupaciones de la sociedad, junto con la pobreza y la desigualdad.
Este giro hacia el autocuidado y la salud mental refuerza la necesidad de modelos económicos centrados en las personas.
Cuatro pilares para transformar desde dentro
El estudio destaca cuatro características esenciales en el liderazgo transformador: cuidar, inspirar, catalizar e impulsar. Entre ellas, "Cuidar" es la más valorada por la ciudadanía, entendida como tener un propósito más allá del beneficio económico.
Las personas quieren líderes que piensen en el impacto social de sus decisiones, que se adapten a los cambios del entorno, que promuevan la empatía dentro de los equipos y que fomenten la innovación con sentido.
Mientras que las generaciones más veteranas, como los Baby Boomers y la Generación X, muestran mayor escepticismo, la Generación Z tiene una mirada más optimista, aunque aún con ciertas reservas. Esta diferencia generacional refleja cómo cambia la percepción según las vivencias y expectativas de cada grupo.
Cuando se trata de confiar en quién puede liderar esta transformación, las instituciones europeas y el ámbito educativo son los más valorados. La confianza en los medios de comunicación y las redes sociales también crece, aunque los organismos internacionales pierden peso como referentes creíbles. Esto sugiere que liderar de forma transformadora debe apoyarse en actores cercanos, con impacto real y tangible.
Finalmente, el estudio identifica a una ciudadanía cada vez más consciente. Un 24 % se declara activa en términos sociales y ambientales, y dentro de este grupo, más del 76 % dice preferir consumir productos de empresas con valores claros.
Este dato demuestra que las decisiones de consumo están directamente ligadas al compromiso corporativo, y que las empresas que apuesten por liderar con propósito tendrán una ventaja real en la conexión con sus públicos.
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