Una investigación liderada por el CNRS de Francia reveló que los principales ríos europeos contienen microplásticos, provenientes de fuentes como fibras sintéticas, neumáticos y gránulos industriales.
Desarrollan un plástico biodegradable que se descompone en agua de mar y no genera microplásticos, ofreciendo una alternativa sostenible a los plásticos convencionales.
Investigadores de Estados Unidos han detectado microplásticos en el aire exhalado por delfines mulares salvajes, sugiriendo que la inhalación de estos contaminantes puede ser una vía significativa de exposición.