Cómo eliminar microplásticos del agua del grifo con un método casero y efectivo

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26/08/2025 - 18:30
Agua del grifo y microplásticos

Lectura fácil

El agua potable, fuente esencial de vida, se ha convertido también en un canal de entrada de partículas invisibles que podrían estar afectando nuestra salud. Los microplásticos y nanoplásticos (NMPs), fragmentos diminutos provenientes de productos sintéticos como el polietileno y el poliestireno, están presentes en el agua del grifo en diversas regiones del mundo. Aunque imperceptibles al ojo humano, estos contaminantes pueden ingresar diariamente al organismo a través del consumo de agua, abriendo interrogantes sobre sus posibles efectos a largo plazo.

La creciente preocupación científica por la presencia de estas partículas ha impulsado múltiples estudios sobre cómo reducir su impacto. En este contexto, investigadores de dos instituciones chinas, la Universidad Médica de Guangzhou y la Universidad de Jinan, han propuesto una solución casera, simple y sorprendentemente efectiva: hervir el agua.

Hervir el agua es una solución doméstica con gran potencial para acabar con los microplásticos

Aunque la práctica de hervir el agua para purificarla es ancestral en muchas culturas, este nuevo estudio resalta un beneficio adicional: su capacidad para eliminar microplásticos y nanoplásticos. El procedimiento es sencillo y accesible para cualquier hogar: calentar el agua hasta el punto de ebullición y luego filtrar los residuos sólidos que se generan. Según los resultados del estudio, este proceso puede disminuir significativamente la cantidad de NMPs presentes en el agua del grifo.

La efectividad de esta estrategia, sin embargo, varía en función de un factor muchas veces ignorado: la dureza del agua, es decir, su contenido mineral, especialmente en carbonato de calcio.

La dureza del agua como un aliado inesperado contra los NMPs

El hallazgo más interesante del estudio es que el nivel de minerales presentes en el agua determina cuántas micropartículas pueden ser eliminadas al hervirla. El agua “dura”, es decir, aquella con alta concentración de carbonato de calcio— genera caliza al calentarse. Esta caliza, a su vez, se adhiere a los microplásticos, atrapándolos en forma de sedimento, de manera muy similar a los depósitos que se forman en hervidores de agua.

Cuando esta agua rica en minerales se calienta, el carbonato de calcio precipita y “arrastra” consigo los NMPs. De acuerdo con los datos recopilados por los investigadores, en aguas con una dureza de 300 miligramos por litro de carbonato de calcio, la eliminación de microplásticos superó el 90 %. A menor dureza, la eficacia disminuye: con 180 mg/L se logró un 84 % de reducción, mientras que con solo 80 mg/L, la eliminación fue de un 34 %.

Incluso en el caso del agua “blanda”, con baja mineralización, el proceso de ebullición logró reducir la presencia de microplásticos en aproximadamente una cuarta parte, lo que lo convierte en una opción viable para diversos contextos geográficos.

Filtrar los residuos

Una vez hervida el agua, los residuos sólidos generados, una mezcla de caliza y microplásticos, pueden retirarse fácilmente con filtros domésticos comunes, como los utilizados para preparar infusiones. Esto añade un paso simple pero crucial al método: la filtración física de los precipitados, que asegura que las partículas atrapadas no regresen al líquido.

Este proceso no requiere equipos especiales ni inversiones elevadas, lo que permite su implementación inmediata en millones de hogares en todo el mundo, especialmente en lugares donde el tratamiento avanzado del agua no es una opción.

Riesgos potenciales de los NMPs para la salud

Aunque la investigación sobre los efectos de los microplásticos en el organismo humano aún está en desarrollo, existen evidencias preliminares que vinculan su ingesta con alteraciones en la microbiota intestinal, así como un posible aumento en la resistencia bacteriana a los antibióticos. Estos hallazgos refuerzan la importancia de reducir al máximo la exposición cotidiana a estas partículas.

Por ello, los autores del estudio —publicado en la revista Environmental Science & Technology Letters— consideran que esta estrategia podría tener un impacto significativo en la salud pública. Además, hacen un llamado a continuar investigando para validar los efectos a largo plazo y explorar otras soluciones caseras que puedan sumarse a esta iniciativa.

Una práctica tradicional con valor renovado

Beber agua hervida ha sido, durante siglos, una costumbre en muchas culturas por motivos de seguridad sanitaria. Hoy, gracias a la ciencia, sabemos que esta tradición puede tener un nuevo propósito: ayudarnos a combatir la exposición diaria a contaminantes plásticos.

Este descubrimiento demuestra que no siempre son necesarias soluciones complejas para enfrentar grandes problemas. A veces, basta con redescubrir y optimizar lo que ya tenemos al alcance. En un mundo cada vez más consciente de los riesgos ambientales y sus consecuencias para la salud, acciones sencillas como hervir y filtrar el agua pueden marcar una diferencia real.

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