Alfonso Becerra consideró que esta celebración era imprescindible para tener presente a la alegría, para darle el valor que se merece y para aprender a vivirla.
En España ocurren más de 100 accidentes al año con víctimas (fallecidos y heridos) provocados por el atropello de un animal de compañía, cifra que se eleva hasta los más de 4.000 accidentes anuales con daños materiales.