La inflación en España ha aumentado los precios de alimentos básicos como pescado, carne y aceite. Los españoles gastan más en la compra, reduciendo el consumo de frutas y verduras frescas.
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El consumo tecnológico en España también se ha resentido por la inflación, pero también por los retos de conectividad y el poco calado de algunos productos.
La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) informó que el 45 % de la red de supermercados en España se ha renovado en los últimos cinco años para mejorar la accesibilidad y comodidad.