La sequía ha golpeado duramente a al Parque Natural de Doñana, por lo que ya han comenzado las labores de llenado de sus lagunas con el objetivo de poder conservar la avifauna.
La sequía afecta directamente al milano real cuando nace, por lo que el tamaño de sus poblaciones se reduce a casi la mitad y crece su riesgo a la extinción.
Todas las lagunas de Doñana están secas. Este ecosistema, considerado como uno de los humedales más importantes de Europa y proclamado Patrimonio Mundial de la Humanidad, está en grave peligro de desaparecer.
La zona del Guadalquivir, más concretamente el parque de Doñana, ha comenzado a sufrir una sequía imparable. La actividad humana, como la caza de aves acuáticas, ha hecho estragos en el medio ambiente y en el hábitat.